La guerra volvió a amenazar con extender sus fronteras. La realización de ejercicios militares en el mar Báltico por parte de Rusia encendió las alertas en Occidente. Un total de 50 buques, decenas de aviones y al menos seis mil efectivos se desplegaron para simular y reforzar actividades como protección de las rutas marítimas, transporte de tropas y carga militar y la defensa de la costa.
“A partir del 2 de agosto, en las aguas del Mar Báltico, bajo el liderazgo del Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Nikolay Yevmenov, se lleva a cabo el ejercicio naval Ocean Shield-2023. Está previsto llevar a cabo más de 200 ejercicios, que incluyen el uso práctico de armamento”, señaló el Ministerio de Defensa de Rusia en un comunicado.
En respuesta, la Organización del Tratado del Atlántico Norte también fortaleció sus acciones militares. Más de 10 mil soldados de 14 países se entrenan juntos en Rumanía, ante la amenaza que representa la cercanía de Rusia a las fronteras de la organización.
A las acciones de la OTAN se sumó el reclamo del gobierno de Polonia,que señaló que dos helicópteros militares de Bielorrusia ingresaron al espacio aéreo polaco. Sin embargo, el ejército de dicho país se abstuvo de emitir comentarios.
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El otro motivo de preocupación tanto para la OTAN como para otros países de Occidente fue el más reciente ataque de Rusia al principal puerto interior de Ucrania al otro lado del río Danubio. Según estimaciones del país invadido, se destruyeron al menos 40 mil toneladas de granos que estaban destinados a países de África, así como a China e Israel.
El ataque, ocurrido muy cerca de Rumanía, fue condenado por el presidente Volodymyr Zelensky, quien dijo que es una agresión a la seguridad alimentaria mundial, por lo que pidió la intervención de la a la comunidad internacional.
Por su parte, el presidente rumano, Klaus Iohannis, señaló la ofensiva como “crímenes de guerra”. Cabe recordar que Rumania es parte de la OTAN, por lo que los ataques rusos desde el río Danubio han sido lo más cerca que ha estado Moscú de atacar el territorio de la organización internacional.
Cabe recordar que desde que Rusia lanzó su ofensiva en Ucrania, los países que rodean el mar Báltico han cerrado filas contra Moscú. Además, Finlandia y Suecia pidieron unirse a la OTAN; Helsinki ingresó al pacto militar y Estocolmo está en proceso.
La guerra también le ha hecho perder a Moscú sus gasoductos estratégicos en el mar Báltico, que unían su territorio con Alemania y que quedaron dañados por explosiones cuyo origen sigue siendo un misterio.
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