“Este cabello canoso fue por Chavela”
El ejemplo de integridad en el escenario de la cantante, la inspiró a asumir su edad, personalidad y físico con dignidad
Se cumple ya una década del fallecimiento de una de las intérpretes más respetadas y admiradas de la música mexicana: Chavela Vargas. Este personaje casi mítico será recordado a través del concierto “Chavela y sus mujeres” en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, y Eugenia León nos cuenta un poco sobre su amiga, el mito y por qué es el espíritu revolucionario que atrae a la juventud.
¿Qué es lo que el público verá en este concierto homenaje a Chavela y sus mujeres?
Chavela y sus mujeres es Chavela y todas las mujeres de México, Chavela y su libertad, Chavela y su canto, Chavela y su enorme y maravilloso repertorio. Chavela que ahora será interpretada por nuestra querida Ofelia Medina, que dará vida a Chavela y que a lo largo del espectáculo, va teniendo momentos en los que habla (...) llevando una especie de espacios en los que pasa una cantante, tiene su participación y se liga a dueto con la siguiente cantante.
“Así vamos hasta que nos reunimos todas y cantamos una canción juntas. Es el repertorio de Chavela. ¿Qué es lo que lo hace interesante? La personalidad de las participantes. En esta ocasión el elenco es de cantantes consagradas, pero muy jóvenes: Ely Guerra, Ximena Sariñana y La Marisoul. Son cantantes que tienen un espacio, un cariño y un respeto de su público, pero que generacionalmente parecía no estar ligada a la obra de Chavela. (...) También vamos a tener al Mariachi Gama Mil y a Los Macorinos, esa es la parte instrumental”.
Homenaje. Para Eugenia León este concierto servirá para honrar la memoria de Chavela Vargas. Foto: Adolfo Pérez Butrón.
Chavela Vargas es una personalidad hecha mito…
Que pasó por todo, por todas las cosas: dolores, casi estar retirada, su alcoholismo. Saberse distinta por ser lesbiana y a veces saber que la gente no hablaba bien de ella. Esas cosas que al que lo vive, le duele; además de su propia soledad, su propia situación en la que ya no contábamos con ella y de repente vimos el ejemplo de una mujer que, ya en la tercera edad, resurge y se gana Europa. Se va a España y España le abre las puertas, el Carnegie Hall y los teatros más importantes del mundo le abren las puertas a Chavela ¡ya en la tercera edad!
¿Qué lección íntima te dejó Chavela como artista y como persona?
Su libertad. Si tu ves este cabello canoso, fue por ella. Es una cosa muy mensa, pero yo decía “ya no puedo con los tintes”. (Como artista) siempre tienes que aparecer ante la gente como que eres jovencita, que no pasan los años, que eres igualita… y ¡eso no es cierto!, pero si no lo haces, te destrozan, pero no importa. Cuando ves a una mujer que se asume con esa dignidad, como ella lo asumió, ahí dije ‘yo sí puedo con mis canas, si voy a poder’, y que me digan misa, que parezco su abuelita, ni modo. No es nada más que ‘el tinte ya no me agarra’, es la libertad que tomé para mí de dejar mi aspecto como es, sin operaciones y con la naturalidad, por que yo soy una cantora, (...) pero algo que es muy importante es ser íntegro contigo mismo. Si tú eres quien eres, respétalo, defiéndelo.
“A mí me tocó ser una persona no aceptada en la industria por mi físico, por las canciones que cantaba. Ha habido mucho racismo en este país y lo sigue habiendo, yo lo viví y lo sufrí. Pero cuando hablamos de esa integridad para tomar la palabra en la canción con la verdad con la que ella lo hacía, pues no nada más es frasear para que se oiga bonito. Cada palabra que le escuchas, te duele. Ves que la siente”.
Dato. En este homenaje participarán Ofelia Medina, Eugenia León, Ely Guerra, Ximena Sariñana y La Marisoul.
Conviviste con Chavela, ¿cuál es la anécdota que más te marcó?
Hay varias. Una es cuando ella estaba en el hospital y la fui a visitar. Le llevé la película de La Soldadera, protagonizada por Silvia Pinal, es una película de los años 60 y Chavela aparece dentro del grupo de soldaderas –traía todavía el pelo largo (amarrado) con una cola de caballo; no tenía canas. (Era) una mujer guapa, muy interesante, actuando muy bien— y cuando ella se vio, su cara, su alegría, su satisfacción me dio tanto gusto. En ese momento pensé: ‘Algo hice para hacerla sentir bien; algo le di para decirle lo mucho que la quiero y lo importante que es y que ha sido su carrera’. Yo creo que estaría muy feliz de ver este homenaje.
En la imagen, Chavela en sucelebración en el Teatro de Ciudad de México, por sus 90 años de vida. Foto: Cuartoscuro
¿Crees que la personalidad de Chavela encarnaba una especie de revolución y que por eso se identificaban los jóvenes con ella y con su arte?
Sí. La libertad es el precepto de la juventud. Si los jóvenes no son libres y revolucionarios no son jóvenes. ¿Cómo no se van a identificar con una mujer que fue libre y que asumió su libertad en contra de todos? en contra de la industria, de la sociedad, de un país –que era Costa Rica– de donde ella sale, de una familia que no la quería. Asume su libertad con integridad. (...) Ella pasó por tantas cosas, que esa libertad que ella presumió y ostentó desde su vida, como una mujer mayor, fuera de la industria, sin dinero, sin tener más que su propia persona, ¿cómo no va a ser inspirador para un joven? Y claro, también cuenta mucho lo que pasó fuera de México: Almodóvar, la voz de Chavela en sus películas, los teatros de Europa abiertos para ella. ¿Cómo no va a ser una fiesta para los jóvenes tener a una señora mayor a la que ven como una de ellos?
¿A qué se debe el fenómeno de Chavela en Europa?
Hablamos de la economía de recursos escénicos. Ella no estaba en las complacencias de los cohetes, los toritos y las piñatas y la cosa grandilocuente. Chavela va más allá de las referencias folclóricas o turísticas, incluso. Es una mujer que le habla a los seres humanos desde la soledad (...) con una guitarra doliente, casi en oración, diciendo las penas del corazón, del alma no desde lo exponencial, sino desde la intimidad total.
Aunque Chavela era costarricense, decía que era mexicana, pero la increpaban. Ella encarnaba a las tunas, tan mexicanas: picosa por fuera, pero dulce por dentro. (...) Cuando la empecé a ver en los años 90 en El Hábito –un bar en el que ella cantó–, me daba un poco de miedo porque ella era un poco imponente, pero cuando ya me iba acercando un poco empecé a encontrar este corazón de oro, este corazón dulce… !una niña! A veces encontraba a una niña alegre dentro de esa señora sentada en una silla de ruedas.
¿En tres palabras cómo definirías a Chavela Vargas?
Decía yo que ella era una tuna: íntegra, espinosa y dulce.