EU ve posible guerra civil en Nicaragua; Iglesia evalúa permanecer en diálogo
El senador Marco Rubio afirmó que el Congreso de Estados evalúa sanciones económicas contra el Gobierno de Daniel Ortega
El senador estadounidense Marco Rubio advirtió este domingo sobre el riesgo de una guerra civil en Nicaragua y criticó al Gobierno del presidente Daniel Ortega por “haberse manchado las manos de sangre” con la represión violenta de las protestas en la nación centroamericana, que ha dejado cerca de 280 muertos.
“La posibilidad de una guerra civil en Nicaragua es real”, indicó Rubio, miembro del Comité de Asuntos Exteriores del Senado, en una entrevista con la cadena CNN.
Rubio advirtió que como consecuencia de la escalada de violencia en Nicaragua, “podría desencadenarse una crisis migratoria” que amenazaría la seguridad nacional de EU.
Socavaría los esfuerzos antidroga en la región. Hay un interés de seguridad nacional directo para EU en ver democracia y estabilidad en Nicaragua, agregó el senador por Florida.
Rubio lamentó que el presidente Ortega no haya entablado un diálogo con los manifestantes en busca de frenar la actual crisis.
“El mensaje al régimen de Nicaragua de Ortega fue muy claro: Convocas elecciones anticipadas, permites elecciones legítimas, y esto avanza y todo el mundo está bien. Pero si te manchas las manos de sangre, eso ya no es posible. Y han decidido mancharse las manos con sangre”, afirmó. Rubio adelantó que el Congreso de EU prepara contundentes sanciones contra el Gobierno de Ortega y sus funcionarios en represalia a sus acciones. La crisis sociopolítica, que llega a su tercer mes, ha dejado entre 277 y 351 muertos y más de 2 mil heridos en el país centroamericano, de acuerdo con diferentes organismos de derechos humanos. El malestar en Nicaragua se ha ido gestando durante años con denuncias de fraude de la oposición durante los comicios municipales de 2008 y los dos últimos presidenciales, en 2011 y 2016, en los que Ortega se presentó a la reelección, pese a que en un principio lo impedía la Constitución.
Episcopado de Nicaragua evalúa su permanencia en el diálogo nacional
El Episcopado de Nicaragua se reunirá el próximo lunes en Managua para analizar su permanencia en el diálogo nacional para resolver la crisis local, luego de que Daniel Ortega los acusó de pertenecer a un plan para removerlo del poder.
“Mañana va a ser uno de los temas que vamos a abordar”, dijo el cardenal Leopoldo Brenes, al ser consultado por periodistas sobre su permanencia en el diálogo. El jueves pasado, durante la celebración del aniversario 39 de la revolución de Nicaragua, Ortega afirmó que los obispos “se descalificaron como mediadores y testigos” del diálogo, al pedirle que adelantara para marzo de 2019 las elecciones de 2021, como la manera más eficaz de superar la crisis.
El mismo Ortega había invitado a los obispos a ser mediadores del diálogo entre el Gobierno y diversos sectores de la sociedad nicaragüense en mayo pasado.
Al ser consultado si se mantenían como mediadores, el cardenal respondió que “pienso que sí, porque oficialmente, a través de una carta, no se nos ha dicho lo contrario”. En los últimos meses, los templos católicos y el clero han sufrido agresiones físicas y verbales, así como amenazas nunca antes vista en un país donde el 58.8% se considera católico. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al gobierno de Ortega de graves violaciones de los derechos humanos. La CIDH ha denunciado “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, acusaciones que el Gobierno de Nicaragua rechaza.
La nación centroamericana está sumergida en la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de los ochenta, con Ortega también como presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción. (Con información de CNN y EFE). DC