Estados Unidos anunció este jueves sanciones financieras contra Rusia y la expulsión de 10 diplomáticos rusos, en respuesta a ciberataques y una injerencia en las elecciones presidenciales de 2020 atribuidos a Moscú.
El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que amplía las restricciones a los bancos estadounidenses que negocian la deuda que emite el gobierno ruso, expulsa a 10 diplomáticos que incluyen presuntos espías y sanciona a 32 personas que presuntamente interfirieron en las elecciones de 2020, dijo la Casa Blanca.
El decreto de Biden permitirá asimismo volver a castigar a Rusia, con “consecuencias estratégicas y económicas”, “si continúa o promueve una escalada de sus acciones desestabilizadoras internacionales”, advirtió la Casa Blanca en un comunicado.
La declaración enumera en primer lugar los “esfuerzos de Moscú para socavar la conducción de elecciones democráticas libres y justas y las instituciones democráticas en Estados Unidos y en sus aliados”.
Con esto alude a acusaciones de que las agencias de inteligencia rusas organizaron campañas persistentes de desinformación y trucos sucios durante las carreras electorales de 2016 y 2020, en parte para ayudar a la candidatura de Donald Trump.
La Casa Blanca dijo que las sanciones responden también a “actividades cibernéticas maliciosas contra Estados Unidos y sus aliados”, en referencia al pirateo de un programa de la empresa SolarWinds, que permitió entrar en sistemas informáticos del gobierno estadounidense el año pasado.
Además llamó la atención sobre los “ataques” extraterritoriales de Rusia contra disidentes y periodistas así como el debilitamiento de la seguridad en países importantes para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Junto con la Unión Europea, Australia, Reino Unido y Canadá, el Departamento del Tesoro sancionó a ocho personas y entidades asociadas con la ocupación rusa de Crimea en Ucrania.
En Bruselas, la OTAN (Organización de Tratado del Atlántico Norte) manifestó su apoyo y “solidaridad” a las sanciones dictadas por Estados Unidos en respuesta a sus “actividades desestabilizadoras” en particular en Ucrania y Georgia.