El gobierno de Estados Unidos anunció este viernes la decisión de retirar a “más de la mitad” del personal de su embajada en La Habana, a raíz de “ataques específicos”, y la suspensión inmediata de emisión de visas en esa sede diplomática. El Departamento de Estado también emitirá una nota de Alerta de Viajes, recomendando a los ciudadanos estadunidenses que eviten viajar a Cuba, ante el riesgo de sufrir ataques como los que afectaron a 21 diplomáticos, informaron dos funcionarios que solicitaron el anonimato. Según los funcionarios, la suspensión de la emisión de visas hacia Estados Unidos en la embajada en Cuba queda “suspendida por tiempo indeterminado”, aunque el Departamento de Estado prepara mecanismos para que los cubanos puedan solicitarla en otros países. Solamente personal “de emergencia” permanecerá en la embajada. La drástica medida fue adoptada apenas tres días después de una reunión en Washington entre el Secretario de Estado, Rex Tillerson, y el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, para discutir precisamente los extraños incidentes. De acuerdo con las denuncias, 21 diplomáticos estadunidenses sufrieron síntomas que iban desde fuertes dolores de cabeza a edemas cerebrales a causa de raros ‘ataques acústicos’ o con ultrasonido, que por ahora permanecen en el misterio. Hasta este viernes, el gobierno estadunidense se refería a estos casos como “incidentes”. Este viernes, los funcionarios aseguraron que los 21 diplomáticos (no identificados) sufrieron esos “ataques específicos” cuando se encontraban “en hoteles” cubanos, aunque no hay informaciones sobre otras personas en esos hoteles que hayan mostrado los mismos síntomas. Precisamente porque los “ataques” ocurrieron en hoteles, dijo uno de los funcionarios del Departamento de Estado, “creemos que debemos alertar a nuestros ciudadanos a que no viajen a Cuba”. El Departamento de Estado, añadió la fuente, aún desconoce “el significado, el mensaje o como estos ataques han sido realizados”. El gobierno de Cuba descarta cualquier participación en esos ataques. Se trata del más elevado punto de tensión en las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, que fueron restablecidas en 2014 después de medio siglo de ruptura y desconfianza mutuas. El senador Patrick Leahy, quien desempeñó un papel central en la reaproximación entre los dos viejos adversarios, expresó este viernes que “quien sea que está haciendo esto obviamente está tratando de interrumpir el proceso de normalización” de las relaciones.DA