Ante la reciente reafirmación del compromiso económico y comercial de China con México y la región latinoaméricana, Estados Unidos ha encendido sus alertas.
Ya desde el año pasado, el país creó el Centro de Influencia Extranjera Maligna, dedicado especialmente para detectar y detener la posible injerencia de Rusia, Irán, Corea del Norte y China, por lo que la relación de cualquiera de estas naciones con la región latinoamericana —importante también para Estados Unidos— resulta de fundamental interés para la potencia americana, que en un informe emitido por el Capitolio dejó claro que se mantendrá expectante a los apoyos que el gigante asiático brinde a la región tras el golpe económico de la pandemia
Cabe recordar que durante la última reu-nión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la que México fue anfitrión, tuvo lugar una participación especial del presidente Xi Jinping, quien dio un mensaje en videoconferencia, lo que a su vez acrecentó las preocupaciones de Estados Unidos sobre la presencia de inversionistas y representantes de otras empresas chinas en nuestro país.
Ante este panorama, el gobierno estadounidense considera que las actividades de China van encaminadas a “reducir el dominio norteamericano,” motivo que además de enfriar aún más las relaciones entre ambos, ha impulsado una mayor vigilancia en el continente.
“Los formuladores de políticas y el Congreso plantean preguntas sobre las implicaciones potenciales para los intereses estadounidenses en la región”. Gobierno de Estados Unidos
Actualmente, México cuenta un decalustro de relaciones bilaterales con China, y al contrario de lo que sucede con Estados Unidos, estas se han afianzado en los últimos años. Tan solo durante la gestión del presidente Enrique Peña Nieto (de 2012 a 2018), tuvieron lugar siete encuentros presidenciales, y junto a Perú, nuestro país fue clave para que el gigante asiático reafirmara su aspiración de tener un mecanismo de diálogo regional.
De igual forma, el presidente Felipe Calderón aseguró que “China será la potencia económica más grande del mundo dentro de algunos años. Nuestro desarrollo se verá beneficiado por el intercambio comercial y diplomático” durante su primer encuentro con su homólogo Hu Jintao.
Asimismo, China jugó un papel importante en nuestro país durante la epidemia de la emergencia sanitaria del virus de la influenza humana en 2009, y el apoyo brindado, de cinco millones de dólares, fue recibido en persona por Calderón.
Pero nuestro país no es el único. Este mismo año, el expresidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle, aprovechó un simposio en Georgetown para declarar que “si nos ponemos del lado de los valores, por supuesto que estamos con Estados Unidos, con la Unión Europea y la civilización cristiana. Por otro lado, la realidad del comercio y la prosperidad viene de la relación con China”. El resto de Latinoamérica tiene, dijo, “una relación muy importante con China, un socio comercial clave para la región”.