La comunidad de inteligencia de Estados Unidos ha estado llevando a cabo una operación ultrasecreta para recuperar documentos gubernamentales clasificados de Estados Unidos, según fuentes familiarizadas con el asunto. La operación también ha entregado un cúmulo de documentos que podrían relacionarse con Donald Trump y la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
Durante el año pasado, funcionarios de inteligencia estadounidenses abrieron un canal secreto de comunicaciones con agentes rusos, que han estado buscando vender tanto materiales relacionados con Trump como documentos robados de la Agencia de Seguridad Nacional y obtenidos por la inteligencia rusa, de acuerdo con personas involucradas en el tema. El canal comenzó a desarrollarse a principios de 2017, cuando los intermediarios estadounidenses y rusos comenzaron a reunirse en Alemania. Un intermediario ruso, que aparentemente representaba algunos elementos de la comunidad de inteligencia rusa, propuso un acuerdo para vender a Estados Unidos documentos robados a la NSA al tiempo que buscaba incluir materiales relacionados con Trump en el paquete.
La CIA se negó a comentar sobre la operación. La NSA no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El canal secreto de inteligencia de Estados Unidos con los rusos está separado de los esfuerzos del exoficial de inteligencia británico Christopher Steele para obtener información sobre Trump y sus vínculos con Rusia. Steele trabajó con Fusion GPS, una firma estadounidense de investigación privada que fue contratada por republicanos y opositores demócratas de Trump para buscar información sobre él durante la campaña de 2016.
Por el contrario, las negociaciones secretas más recientes comenzaron después de la elección de Trump y han sido realizadas por funcionarios de inteligencia de EU que trabajan con intermediarios que operan principalmente en Europa. Sin embargo, cuando los funcionarios de inteligencia estadounidenses iniciaron esfuerzos para intermediar un canal de comunicaciones en 2017, su objetivo principal era recuperar los documentos robados a la NSA, no obtener material sobre Trump.
En ese momento, la NSA estaba desesperada por recuperar los documentos que los oficiales de inteligencia creían que Rusia había obtenido a través de un misterioso grupo conocido como Shadow Brokers. El grupo robó a la NSA herramientas secretas de hackeo y comenzó a liberarlas en internet en el verano de 2016. El robo de Shadow Brokers devastó la moral en la NSA, poniendo a la intemperie sus armas cibernéticas hechas a la medida. Era como si un laboratorio de armas biológicas hubiera perdido algunos de sus virus más letales y peligrosos. Los funcionarios de EU querían identificar qué documentos de la NSA habían robado los Shadow Brokers, para poder determinar qué tan grave había sido el robo.
Un agente que ha estado actuando como intermediario para otros rusos con acceso a materiales del gobierno de Moscú ha buscado el pago de los materiales que está ofreciendo. En una extensa entrevista con The Intercept en Alemania, el intermediario ruso proporcionó información detallada sobre el canal. Cuando The Intercept se puso en contacto para hablar sobre esta historia, el intermediario estadounidense se negó a comentar.
Incluso muchos involucrados en el canal secreto de comunicaciones entre la inteligencia de EU y los rusos no están seguros de lo que realmente está sucediendo con la operación. Recientemente, los rusos han tratado de proporcionar documentos que estarían relacionados con funcionarios de Trump y la intervención rusa en la campaña de 2016, incluidos algunos informes del FBI y registros bancarios robados.
No se sabe si los rusos involucrados en el canal están actuando por su cuenta o si han sido autorizados por el gobierno ruso para tratar de vender los materiales a Estados Unidos. Como resultado, los estadounidenses no están seguros si los rusos involucrados son parte de una campaña de desinformación orquestada por Moscú, ya sea para desacreditar a Trump o desacreditar los esfuerzos de funcionarios estadounidenses que investigan los posibles vínculos de Trump con Rusia, incluido el Asesor Especial Robert Mueller.
La existencia del canal de comunicaciones extraoficial ha sido muy controvertido entre los funcionarios que lo conocen y ha comenzado a causar diferencias entre los funcionarios de la CIA y la NSA que han estado involucrados con él en varias ocasiones durante el año pasado.
La CIA, ahora dirigida por un leal a Trump, Mike Pompeo, a veces ha sido reacia a seguir involucrándose en la operación, aparentemente por temor a obtener el material relacionado con Trump ofrecido por los rusos, según fuentes cercanas a las negociaciones.
bloque. El presidente Donald Trump bloqueó el pasado 9 de febrero la publicación de un informe de la oposición demócrata sobre las investigaciones del FBI y el Departamento de Justicia acerca de la posible injerencia del Kremlin en los comicios a la Casa Blanca de 2016.
La cautela de la CIA muestra que la realidad dentro de la comunidad de inteligencia de EU está muy lejos de la teoría conspirativa de la derecha de que un “Estado profundo” busca minar a Trump. En cambio, el comportamiento de la agencia parece indicar que los funcionarios de inteligencia estadounidenses dudan si llevar a cabo alguna operación que pueda ayudar a la investigación en curso de Mueller sobre si Trump o sus colaboradores se confabularon con Rusia para ganar las elecciones presidenciales de 2016.
Muchos oficiales de inteligencia se muestran reacios a involucrarse con cualquier cosa relacionada con el caso Trump-Rusia por temor a represalias del propio Trump, que podría vengarse despidiendo a altos funcionarios y causando estragos en sus agencias.
Debido a la renuencia de la CIA a asumir un papel agresivo, los funcionarios de la NSA han tomado la delantera en el canal de comunicaciones, y su prioridad en la recuperación de sus propios documentos robados. Han visto el material relacionado con Trump como una molestia indirecta, incluso a pesar de que entienden que es potencialmente el material más explosivo que ha pasado por el canal.
El canal ha estado operando en las sombras incluso cuando la investigación de Mueller ha estado bajo los reflectores. El año pasado, tres ex funcionarios de campaña de Trump enfrentaron cargos como parte de la investigación de Mueller, y el fiscal especial continúa investigando la posible colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia, y buscando evidencia de los esfuerzos de Trump u otros cercanos a él para obstruir la justicia en la investigación de Mueller.
Traducción Carlos Morales