El gobierno de Estados Unidos busca combatir la violencia sexual en zonas de guerra, la cual es cada vez más documentado en la guerra entre Ucrania y Rusia, así como en otros conflictos.
En ese sentido, el presidente Joe Biden firmó una orden ayer para terminar con esa lacra que se da en conflictos bélicos, para ponerlo a nivel de posible violación grave de derechos humanos; esto implica castigar a los victimarios con sanciones y otras medidas.
El memorándum del demócrata señala que ese tipo de violencia es usada como arma de guerra.
El documento indica, por primera vez, que los Departamentos de Estado y del Tesoro y otras agencias estadunidenses deben tratar igual a los actos de violencia sexual que a otras violaciones de derechos humanos al momento de sancionar o tomar otras medidas.
Si bien se trata de una acción loable por parte de los estadounidenses, sancionar por violencia sexual les permitirá ampliar las sanciones a países con los que mantiene conflictos geopolíticos.
Según la administración Biden, citando un reporte de la ONU, en 2021 hubo 3 mil 293 casos verificados de violencia sexual en 18 países; comparado con unos 800 del año previo, que representa que, por cada violación reportada en una zona de conflicto, hay entre 10 y 20 que quedan sin hacerlo.
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