Los reguladores de Estados Unidos autorizaron el miércoles la vuelta a los cielos del Boeing 737 MAX, casi dos años después de su inmovilización debido a dos accidentes que dejaron 346 muertos en cinco meses.
La aeronave no volverá sin embargo a volar de forma inmediata en todo el mundo, pues las autoridades de aviación de otros países han decidido realizar sus propias certificaciones.
La Agencia Federal de Aviación (FAA) precisó en un comunicado que aún debe aprobar la formación necesaria para los pilotos antes de que el 737 MAX pueda volar nuevamente sobre el espacio aéreo de Estados Unidos.
Las compañías aéreas deberán asimismo realizar trabajos de mantenimiento en los aviones estacionados en las pistas de los aeropuertos durante más de 20 meses.
No obstante, American Airlines ya programó un vuelo para finales de diciembre.
En cuanto a los aparatos almacenados en Boeing, deberán ser examinados por un inspector de la FAA antes de enviarlos a los clientes.
Aún así, el jefe de Boeing, David Calhoun, dijo que la decisión constituye “un paso importante”.
“Estos acontecimientos y las lecciones que aprendimos de ellos han remodelado nuestro negocio, que se ha centrado más en nuestros valores fundamentales de seguridad, calidad e integridad”, agregó Calhoun en un comunicado, en el que también dice estar listo para trabajar con los reguladores de todo el mundo para un rápido regreso al servicio.
El 737 MAX regresa en momentos en que el sector está muy afectado por la pandemia de coronavirus, situación que llevó a Boeing a perder 393 pedidos en los primeros 10 meses del año.
Sin embargo, el constructor aeronáutico con sede en Seattle, que tiene actualmente 450 aparatos en stock, reanudará sus entregas, lo que le permitirá reponer sus arcas.