Al cumplirse 200 años de la promulgación de la Doctrina Monroe, el Congreso de Estados Unidos emitió una resolución que condena la “influencia maligna” de China, Rusia e Irán en el continente americano, incluido México.
Al recordar que la Doctrina Monroe se aplicó en el siglo XIX para respaldar al presidente Benito Juárez ante la imposición del emperador Maximiliano, la resolución del Capitolio señala que los principios de aquella política exterior siguen vigentes.
La Cámara de Representantes reafirma los derechos e intereses de Estados Unidos, de acuerdo con la Doctrina Monroe, de oponerse a una potencia extranjera que extiende una influencia maligna que podría poner en peligro o socavar las democracias del hemisferio occidental”, señala el texto aprobado el pasado 2 de diciembre, cuando se cumplieron dos siglos de la promulgación de la polémica doctrina.
De igual forma, el resolutivo establece que el legislativo estadounidese “reconoce los principios de libertad e independencia del hemisferio, consagrados en la Doctrina Monroe, como una piedra angular duradera de la política exterior de los Estados Unidos”.
La ratificación de la doctrina se produce en momentos en que México es presionado por el gobierno de Estados Unidos para que dé muestras de combatir el tráfico de fentanilo, una droga que se produce con precursores de origen chino y que causan hasta 100 mil muertes al año por sobredosis.
También ocurre a unas semanas de que se cumplan dos años de la invasión de Rusia contra Ucrania, acto que no ha sido condenado abiertamente por el gobierno mexicano, por lo que Washington ha percibido una sospechosa neutralidad.
En los considerandos, el texto de la Cámara de Representantes advierte que “la Federación de Rusia lleva a cabo extensas campañas de desinformación en América Latina, refuerza regímenes autoritarios como la República de Cuba, la República de Nicaragua y la República Bolivariana de Venezuela, y busca compromisos militares y operaciones de zona gris en esta región”, en alusión a los países “neutrales”.
También reconoce que “actores externos malignos” como China y Rusia están ejerciendo “agresiva influencia” sobre los países de América Latina y el Caribe y plantea preocupaciones sobre las actividades de inteligencia y seguridad iraníes.
La República Popular China está invadiendo infraestructura crítica sensible en el hemisferio occidental a través de inversiones, incluso en puertos de aguas profundas, instalaciones cibernéticas e instalaciones espaciales que pueden tener un potencial doble uso para actividades comerciales y militares malignas”, agrega el documento.
Promulgada el 2 de diciembre de 1823 por el entonces presidente James Monroe, la Doctrina Monroe buscaba proteger a los países latinoamericanos —que recientemente habían conseguido su independencia— de la influencia de potencias europeas.
No obstante, el documento fue duramente criticado por gobiernos, políticos e intelectuales liberales de la época, al considerar que la Doctrina Monroe reforzaba el colonialismo estadounidense en la región.
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