Desde la llegada al poder de Joe Biden en Estados Unidos, su país y México han sostenido más de una docena de reuniones sobre seguridad y este viernes, en el marco de una jornada que comenzó desde las ocho de la mañana, se oficializó la alianza bilateral Entendimiento Bicentenario, que reemplaza la Iniciativa Mérida del sexenio de Felipe Calderón y que obliga al gobierno de la Cuarta Transformación a corregir su estrategia de “abrazos no balazos”.
México colocó su agenda de seguridad en total sintonía con la estadounidense y el eje rector de esta nueva alianza son las operaciones conjuntas de combate al crimen organizado. Aunque el canciller Marcelo Ebrard ha hecho patente su evaluación negativa a Iniciativa Mérida al calificarla de “asistencialismo armado”, esa estrategia y Entendimiento Bicentenario comparten similitudes.
Combate al tráfico de armas, drogas, lavado de dinero y aumento en la cooperación de aplicación de la ley a través de intensificar el intercambio de información, cooperar en materia de extradiciones y desmantelar las estructuras financieras de cárteles, son las coordenadas de acción que ambos proyectos comparten.
Por otra parte, la diferencia más notoria es que en esta nueva alianza no se contempla la transferencia de equipo de seguridad e inteligencia como la que hubo en el periodo de Calderón y con la que llegaron al país tres helicópteros Black Hawk.
Para esta nueva visión, el gobierno de López Obrador se alineó con la perspectiva del vecino país al comprometerse a frenar el fentanilo, la droga que el gobierno de Biden califica como “amenaza nacional”. Más vigilancia en puertos y a empresas sospechosas de traficar precursores químicos así como el desmantelamiento de laboratorios clandestinos son las acciones puntuales que se asentaron en el acuerdo.
Aunque en el capítulo migratorio México insistió en que Estados Unidos debe invertir en América Central, el canciller Marcelo Ebrard señaló que la respuesta a ese tema se dará hasta después que el vecino país concluya su planeación presupuestal.
“Ellos están en su proceso presupuestal. Nosotros también, pero aquí estamos hablando de la participación de Estados Unidos, entonces, cuando ellos terminen su proceso presupuestal lo sabremos”, dijo el titular de Relaciones Exteriores, quien ha sido el encargado desde hace 10 meses de exhortar al gobierno de Biden de llevar hasta América Central los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.
La agenda migratoria se configuró en el Entendimiento Bicentenario de forma distinta, pues se asentó la necesidad conjunta de frenar el tráfico y trata de migrantes.
Actualizado con la era digital el gobierno mexicano también se comprometió a hacer operaciones conjuntas para “interrumpir el flujo de mercancías facilitado por las actividades delictivas en el ciberespacio”. La ciberseguridad es uno de los temas más importantes en la administración de Joe Biden, pues esa área lo tiene enfrentado con China y Rusia por los diversos ciberataques y la disputa que sostienen con respecto a la 5G.
Como distinción figura también que Estados Unidos contempla nuevas subvenciones a programas de prevención y tratamiento de drogas, sobre todo de opioides, reconociendo el grave problema de consumo fentanilo, incluso busca incorporar a Naciones Unidas en ese tema.
En ese mismo eje la Casa Blanca emitió información en su hoja informativa que no aparece en la que difundió el gobierno mexicano. “El marco (de entendimiento) se basa en las prioridades de política de drogas de la Administración Biden-Harris, que promueven un enfoque de salud pública y seguridad pública basado en evidencia para reducir la demanda de drogas, las sobredosis y salvar vidas, así como un enfoque en garantizar la equidad racial, la comunidad prevención basada en el delito y promoción de esfuerzos de reducción de daños”, dice el gobierno del vecino país.
“Va a ser memorable por sus resultados”
“Va a ser memorable por sus resultados”, dijo en tono de profecía el Canciller Marcelo Ebrard en la presentación de la alianza que sustituye a Iniciativa Mérida. Pese a la confianza del funcionario, la estrategia carece aún de un cronograma concreto y no existen detalles sobre el origen y cantidad de recursos que recibirá. Sin embargo, el gobierno mexicano cuenta con escasas ocho semanas para presentar el plan anual y con ello los objetivos fijados para los próximos tres años, es decir, para el periodo que resta del mandato de López Obrador.
Con un desayuno en Palacio Nacional fue como comenzó la jornada de ambas delegaciones, pero fue posteriormente en la sede de la Cancillería cuando se afinaron los últimos detalles de la presentación de Entendimiento Bicentenario.
Al encuentro de primer nivel asistió todo el gabinete de seguridad mexicano, menos el fiscal Alejandro Gertz Manero quien para el importante diálogo --donde sí estuvo su homólogo estadounidense-- envió al delegado de la Fiscalía General de la República en Sonora, “licenciado Méndez”, fue como lo presentó el canciller.
En distintas ocasiones a lo largo de la jornada Ebrard aseguró que sostiene un fluido intercambio con altos funcionarios estadounidenses y precisó que con el secretario de Estado, Antony Blinken habla todos los domingos por la mañana y con el secretario de Seguridad, Alejandro Mayorkas, se comunica cada dos días y a veces diario.
Para finalizar el encuentro, Marcelo Ebrard y el secretario Blinken, ofrecieron una conferencia de prensa conjunta en la que se dejaron fuera cuestionamientos como el supuesto freno de visados para 24 agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) por parte de la Cancillería.
Al ser cuestionado sobre la apertura de la frontera, Ebrard indicó que ese tema está en la cancha estadounidense y enfatizó que el vecino país sabe que para México es un asunto prioritario abrir el paso que ha estado cerrado desde marzo de 2020 a tránsito estrictamente esencial.
