Unas 150 personas murieron o están desaparecidas en una aldea indígena del norte de Guatemala tras un deslave provocado por el devastador paso del ciclón Eta por Centroamérica, informó este viernes el gobierno de ese país.
Un deslizamiento de tierra sepultó cerca de 150 viviendas de la aldea Quejá, en el municipio norteño de San Cristóbal Verapaz, y se teme que gran parte de sus ocupantes murieron, dijo el presidente, Alejandro Giammattei.
“Calculamos que entre fallecidos y desaparecidos las cifras no oficiales nos arrojan más o menos 150 muertos”, indicó el mandatario en rueda de prensa.
Una brigada del Ejército llegó este viernes a la aldea Quejá para las tareas de búsqueda de los damnificados y llevar ayuda a los sobrevivientes.
Los muertos de Guatemala se suman a una veintena registrados en los demás países del istmo por el paso de Eta, que el martes arremetió con furia contra el Caribe Norte de Nicaragua como huracán categoría 4.
La región continuó sufriendo este viernes los efectos del temporal, con lluvias y neblina en algunas zonas, mientras las autoridades evalúan la devastación que dejó el ciclón desde Guatemala hasta Panamá, antes de dirigirse nuevamente al Caribe.
El ciclón salió del norte de Honduras la tarde del jueves convertido en depresión tropical y volvió al Caribe, donde podría fortalecerse nuevamente a tormenta tropical mientras avanza hacia Cuba, según proyecciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
Autoridades cubanas comenzaron a prepararse para contener el impacto del ciclón, que alcanzará la isla el próximo domingo.
Comunidades aisladas
“Las lluvias continuarán unos tres o cuatro días más”, principalmente en el noreste de Guatemala, dijo a AFP David de León, portavoz de la Coordinadora de Reducción de Desastres (Conred) de ese país.
De León precisó que centenares de personas permanecen en riesgo, 18 están desaparecidas y 4.724 se encuentran albergadas en Guatemala.
En Nicaragua, donde Eta llegó con potentes vientos y aguaceros que dejaron casas y edificios sin techo y árboles arrancados, persistía la lluvia este viernes en el Pacífico y el norte del país, mientras los ríos en el Caribe continúan crecidos, según las autoridades.
Medios locales reportaron que la localidad de Bilwi, donde hizo impacto Eta, permanece aislada por la crecida del río Wawa, que solo puede ser cruzado por barcaza, mientras pobladores intentan reconstruir sus casas.
El ciclón provocó la muerte de dos mineros en el Caribe nicaragüense, aunque las autoridades no han hecho un recuento del daño de Eta, reconoció la vicepresidenta y portavoz del gobierno, Rosario Murillo.
El ejecutivo anunció que comenzó los trabajos de reconstruir los puertos caribeños destruidos por Eta.
En Honduras murieron 10 personas como consecuencia de derrumbes e inundaciones, aunque Marvin Aparicio, de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) admitió que podría haber más víctimas.
Más de 7.000 personas debieron ser albergadas y miles más permanecen incomunicadas por las inundaciones en el norteño Valle de Sula, el centro industrial de Honduras.
Pobladores de esa zona llamaron desde el jueves a los canales de televisión a pedir ayuda para ser desalojados.
“Necesitamos lancha o helicóptero. Tenemos dos días sin comer, estamos unas 60 personas con niños”, se quejó una mujer que llamó este viernes desde Ciudad Planeta, cerca del aeropuerto de San Pedro Sula, al telenoticiero Hoy Mismo.
Población realojada
En Panamá los daños se concentraron en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, donde cinco personas murieron en deslaves, incluidos tres niños, aunque las autoridades de protección civil temen que haya más víctimas.
En Chiriquí, la tormenta causó los mayores estragos, con destrucción de viviendas, carreteras, puentes y cultivos, según el gobierno panameño.
En Costa Rica murieron dos personas por un desprendimiento de tierra que sepultó su casa este jueves en el cantón de Coto Brus, fronterizo con Panamá, mientras 20 carreteras sufrieron cortes, según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Alrededor de 1.400 personas fueron trasladadas a albergues, especialmente en el sur y el litoral Pacífico, donde las lluvias que dejó Eta provocaron crecidas de ríos que inundaron grandes extensiones de Costa Rica.
El Salvador registró, por su parte, un pescador muerto este jueves, mientras unas 1.700 personas permanecen albergadas por riesgo de inundaciones, según la protección civil.
El cambio climático produce un aumento de temperatura en las capas superficiales de los océanos, lo cual genera huracanes y tormentas más poderosos y con mayor cantidad de agua, constituyendo una amenaza más peligrosa para las comunidades costeras, según estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).