Una historia más de indignación por maltrato animal comenzó a escribirse en una conversación de WhatsApp; en ella, Vanessa “N”, una joven estudiante de bachillerato, confesó haber dado muerte a un perrito en el municipio de Huauchinango, Puebla.
“No mames Vanessa que le hiciste al perrito”, le cuestiona al parecer una de sus compañeras del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis) 86 de Huauchinango.
“Por qué le hiciste eso al perrito (...) por qué me lo pediste si no lo querías”, a lo que Vanessa “N” responde que solo lo quería para eso; añade que su intención original era matar a un gato, pero le fue más fácil “adoptar” un perrito.
“Por qué crees que voy al psicólogo” dice la joven cuando su compañera le comenta que está “enferma”; y termina por afirmar que nadie se daría cuenta de su crimen “porque al perrito lo tiré”.
La indignación de sus compañeros de clase se trasladó a las redes sociales cuando se difundió la conversación de WhatsApp acompañada por imágenes del perrito.
El lomito, atado de sus patas delanteras y traseras, cuelga de un lazo amarillo; lleno de sangre por lo que podría ser una herida con un objeto afilado a la altura de su vientre.
Trascendió que Vannesa “N” es hija del subdirector del CBTis 86 en Huachinango.
Se llamaba “huellitas”
Según la Ley de Bienestar Animal de Puebla, las penas por maltrato animal en el estado pueden ir desde los seis meses hasta los ocho años de prisión, acompañados por multas que alcanzan las 400 Unidades de Medida y Actualización.
Es por ello que los compañeros de clase de Vanessa “N”, la joven que presuntamente asesinó a “huellitas” piden sea expulsada del CBTis de Huauchinango, además de que se le finquen responsabilidades legales.
“Huellitas” era un perrito conocido entre los estudiantes del CBTis 86, pues vagaba alrededor de la escuela en busca de comida y refugio; hasta que Vanessa “N” pidió llevárselo a casa para “cuidarlo”.
La tortura y el maltrato contra los llamados animales de compañía se ha visibilizado de manera importante en los últimos meses.
Casos de Bulma y Scooby en el estado de México; o el cachorro que murió amarrado bajo temperaturas de 45 grados en Yucatán son solo muestra de esa violencia, pero lejos están de ser los únicos en donde han sufrido las consecuencias de la crueldad humana.
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