Poco tardaron los voceros del presidente Andrés Manuel López Obrador para cuestionar el
de la columna publicada en este espacio el martes sobre el juicio en la corte federal en Brooklyn del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, donde se argumentó que era todo México a quien se había sentado en el banquillo de los acusados. El veredicto será sobre García Luna, pero la sentencia condenatoria será contra este país. No quieren en Palacio Nacional que se vean los árboles porque sólo buscan que los mexicanos vean la rama que conecte con el gobierno de Felipe Calderón. Empero, ayer se confirmó la hipótesis de trabajo por donde menos hubieran deseado: el presidente.
El contrainterrogatorio de la defensa de García Luna al testigo estelar de la fiscalía, Jesús Reynaldo
El Rey
Zambada, provocó tensión y enfrentamiento entre los abogados. Keegan Hamilton, corresponsal de Vice News que cubrió también el juicio de Joaquín
El Chapo
Guzmán en la misma corte, reportó de esta manera el detonante del
en su cuenta de Twitter:
“El abogado defensor César de Castro le preguntó a
El Rey
Zambada en el contrainterrogatorio si recordaba haberle dicho a Estados Unidos sobre pagos a Andrés Manuel López Obrador por siete millones (de dólares).
El Rey
dijo que no recordaba haber dicho eso.
“En la réplica, De Castro fue más específico, alegando que
El Rey
Zambada le había dicho a los investigadores estadounidenses que esos siete millones le habían sido pagados a través de Gabriel Regino cuando AMLO estaba en contra de Vicente Fox.
El Rey
volvió a insistir: ‘No pude haber dicho eso porque no es verdad’.
Arturo Ángel, periodista mexicano que está en el juicio,
en su cuenta de Twitter: “De Castro le dice si no recuerda que mandó dinero a una campaña de AMLO a través de Gabriel Regino. Zambada dice que ‘era dinero para una campaña’, pero no especifica cuál”.
Según las crónicas periodísticas, De Castro iba a mostrarle la transcripción de su declaración de 2013 donde menciona el soborno al presidente pero, señaló Hamilton, “la fiscal interrumpió las preguntas sobre AMLO y pidió hablar con el juez. Hubo una breve discusión; De Castro cambió su línea de cuestionamientos. No hubo mayores detalles sobre los supuestos pagos”.
López Obrador, recordó Hamilton, ya había sido acusado por
El Rey
Zambada durante el juicio de
El Chapo
Guzmán de haber recibido sobornos para la campaña presidencial de 2006. Esto quedó plasmado en un documento oficial de la Corte del Distrito Este en Brooklyn el 15 de enero de 2019, que dirigieron los fiscales, encabezados por Richard Donoghue, al juez Brian Cogan, que también lleva el juicio a García Luna. En esa comunicación, que originalmente estuvo clasificada como confidencial, se menciona como antecedente:
“En su discurso de apertura, el abogado defensor prometió al jurado que el juicio revelaría detalles salaces sobre sobornos a personas de alto nivel, incluidos múltiples presidentes de México. ¿Cómo hizo (Ismael
El Mayo
Zambada) para salirse con la suya como el narcotraficante más poderoso del planeta cuyo nombre nunca han oído? Les voy a decir porqué: paga por eso. Soborna a todo el gobierno de México, incluidos el que está hasta arriba: el actual presidente de México y, en buena medida, al que le precedió. Lo voy a decir una vez mán con énfasis: el actual y el anterior presidente de México recibieron cientos de millones de dólares en sobornos de El Mayo, de acuerdo con testigos del gobierno”.
La defensa buscaba persuadir al jurado que
El Chapo
Guzmán no era el líder del Cártel del Pacífico, sino empleado de
El Mayo
Zambada, por lo que puso a testificar a su hermano,
El Rey. Los fiscales objetaron el testimonio porque no había pruebas que apoyaran sus dichos. La propia corte cuestionó al abogado de
El Chapo, Jeffrey Lichtman, quien corrigió su afirmación. No era López Obrador, dijo, sino Peña Nieto y Calderón. Había contradicciones en las afirmaciones de El Rey, y la defensa de García Luna lo confrontó el martes, señalando que había cambiado sus declaraciones. En el juicio a
El Chapo
ubicó el soborno en 2006, cuando López Obrador contendió contra Calderón, y las acusaciones contra Peña Nieto, no vinieron de él, sino de un lugarteniente de Guzmán, el colombiano Alexander Cifuentes.
Desde entonces, Peña Nieto, Calderón y Regino rechazaron tajantemente las imputaciones, y no se abrió ninguna causa penal en contra de alguno de ellos. Un vocero de López Obrador fue contactado por Hamilton, pero
la imputación señalando “el hecho que las acusaciones venían de un testigo protegido en un juicio que no se estaba llevando a cabo en México”. Tampoco se inició ningún proceso en su contra.
De todos los altos funcionarios imputados, sólo García Luna fue perseguido por el Departamento de Justicia, con
El Rey
Zambada, al que cuestionaron los fiscales en su momento, como testigo estrella. En el juicio a
El Chapo
señaló que le dio entre tres y cinco millones de dólares a García Luna para protección, que repitió el lunes en la corte. La fiscalía también presentó ante el jurado a Cifuentes, para que dijera aquello que en 2019 objetó.
Con El Rey, la fiscalía cerró su caso contra el exsecretario, y parafraseando a De Castro en su discurso de apertura, el reportero Ángel señaló: “Podemos confirmar que no hubo audios, mensajes de texto, correos, fotos ni alguna evidencia de ese tipo que prueben los sobornos que García Luna supuestamente recibió más allá de los testimonios”.
Pese a todo, García Luna no tiene garantizado un veredicto de inocencia, y aún si así lo fuera -el jurado decidirá si existe una duda razonable sobre su culpabilidad-, el daño reputacional es enorme, y se extiende a López Obrador, Peña Nieto, Calderón, y a todo México, pintado en la corte federal de Brooklyn como un narcoestado, aunque algunos, en su patología facciosa, no quieran ver el desprestigio internacional causado por quienes sólo buscan beneficios para lavar sus crímenes.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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