Estábamos en secas y llegó El Niño
Aunque el fenómeno meteorológico afecta sobre todo a los países cercanos al Ecuador, en México está acrecentando el calor y la falta de lluvias; sumado a años poco húmedos, hoy día más del 85% del país tiene alguna condición de sequía
En México, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), 2023 es, hasta ahora, el año en que menos ha llovido desde 2013, en especial durante el mes de junio; además, es el año en que se han registrado las temperaturas más elevadas también desde hace 10 años.
Debido a esto, y a que los años previos tampoco han sido muy húmedos, el 85.61% del país tiene alguna condición de sequía (datos del 31 de agosto), que van desde anómalamente seco hasta sequía excepcional; 60.98% tiene sequía moderada; 31.99% tiene sequía severa, y 7.5% tiene sequía extrema, cuando “debería estar por debajo del 2%”.
Para la climatóloga Christian Domínguez, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, esta situación es grave y lo único que podría llenar las presas vacías y otros cuerpos de agua que se encuentran en distintos lugares del país sería que, en las semanas que quedan de la temporada de ciclones, se produjeran algunos de ellos (y que con suerte no llegaran a ser huracanes catastróficos).
Con la llegada de la tormenta tropical Lidia el pasado 3 de octubre, ha habido 12 ciclones con nombre de esta temporada en el Pacífico, de los cuales sólo Hilary tuvo algunos efectos catastróficos en Baja California. Lidia ha estado generando lluvias en Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán, aliviando un poco la sequía.
Sin embargo, debido a la aparición este año del fenómeno de El Niño, en el que Domínguez es experta, se puede pronosticar que de aquí a finales de noviembre, cuando termina la temporada de ciclones, es poco probable que éstos sigan ocurriendo, al menos del lado del Océano Pacífico.
En las costas del Atlántico, donde no llega El Niño, el pronóstico no puede hacerse con la misma certeza, pero tampoco parece probable.
Lo que sí puede suceder es que El Niño, que durará al menos hasta enero, provoque numerosos frentes fríos (Conagua ya pronosticó 56), los cuales pueden traer algunas lluvias, aunque estas serán, casi con toda seguridad, insuficientes para llenar las presas, añade Domínguez.
Llevamos años secándonos y llegó 2022
A nivel del país, el promedio de precipitaciones en 2013, medidas en milímetros, fue de 902.5, mientras que en 2022 fue de 743.4, y desde 2019 se ha mantenido más o menos en ese nivel, sin rebasar un promedio de 800 milímetros y de hecho, sólo en 2021 se rebasaron los 750.
Sin embargo, las medidas del promedio nacional sólo reflejan una parte de la realidad de lo que está ocurriendo en los distintos estados.
Por ejemplo, uno de los casos más dramáticos es el de Tamaulipas, un estado que normalmente se puede considerar lluvioso, que en 2013 tuvo un total de precipitaciones de mil 90.6 milímetros, pero que fue descendiendo al punto que en 2022 su total fue de 487.3.
En este año, las lluvias han estado por debajo de las de 2022 y aunque en años previos ha tenido lluvias copiosas en septiembre, en este 2023 no siguió la tendencia.
Otro estado donde las lluvias han sido considerablemente escasas es Aguascalientes, donde se registraron 756.4 milímetros en 2013 e incluso se llegó a 836.7 en 2015; sin embargo, en 2022 se registraron apenas 390 milímetros de lluvia, el primer año en que ni siquiera se llegó a los 400.
Para colmo, en los meses de junio, julio y agosto de 2023 en Aguascalientes se han registrado menos lluvias que en cualquiera de los años anteriores, cuando esa, junto con septiembre que este año sólo tuvo algunas lluvias aisladas a principios de mes, es la época de lluvias fuertes en la región.
›Coahuila es otro caso lamentable. Después de que entre 2013 y 2016 recibió entre 423.8 y 554.8 milímetros de lluvia, no han alcanzado los 400, y del 2019 al 2022 ni siquiera llegan a los 300 milímetros, y el 2023 promete ser peor.
Situaciones menos dramáticas, aunque también preocupantes, se han visto con las lluvias en estados como Oaxaca, Jalisco y el estado de México; así como en Yucatán y Quintana Roo, donde el 2023, a partir de junio, ha estado por debajo de los estándares usuales, que ya venían bajando en los últimos años.
Junio 2023, el peor mes para las lluvias
Récord de calor
Las sequías no dependen sólo de las precipitaciones, también de la temperatura ambiente, y en ese sentido, México formó parte de la tendencia observada a nivel mundial, en que el 2023 tuvo los meses de junio, julio y agosto más calientes que se hayan registrado desde 1978.
En el caso de México, las temperaturas ambientales promedio para todo el país medidas por Conagua y el SMN, coinciden en líneas generales con la tendencia mundial. En particular en el mes de junio cuando se tuvo la temperatura promedio máxima más alta registrada para todo el país: 35.3 grados centígrados, la cual es 1.1 grados más alta que el récord anterior registrado en mayo de 2022.
Junio de 2023 fue particularmente cálido en las costas del Atlántico, en particular en Yucatán, Campeche, Tabasco y Tamaulipas (donde, sin embargo, no alcanzó niveles récord).
También en Sonora, Sinaloa, Nuevo León, Coahuila y Nayarit. En estos nueve estados se registraron temperaturas máximas superiores a los 37 grados centígrados.
La temperatura máxima promedio de ese mes sucedió en Sonora (37.9 grados Celsius), donde hasta ahora está también la más alta del año, pues en julio tuvo una máxima de 40.3 grados Celsius.
Además, en julio la temperatura media nacional fue de 27.6, lo cual ubicó a este mes como el más cálido registrado por Conagua y el SMN, con lo que desbancó a junio de este mismo año en el primer lugar que acababa de obtener.
Agosto de 2023 no tuvo una temperatura promedio récord, ya que sus 33.9 grados Celsius ya se había alcanzado en el mismo mes de 2019; sin embargo, aunque los datos mensuales definitivos para el mes de septiembre aún no están disponibles, todo parece indicar que serán otro récord debido a la ola de calor registrada en la segunda quincena de septiembre.
Según se reportó oportunamente en ejecentral, la reciente ola de calor generó temperaturas en algunas localidades en la frontera entre Sonora y Chihuahua inusitadas a nivel mundial para la última semana de septiembre pasado, pues el pasado 24 fueron de entre 46.5 y 47.5 grados centígrados y el 25 del mes, con 48.5 grados en Chinipas, Chihuahua; seguida de Suaqui Grande (47.2 °C) y de Casa Colorada (47.0 °C) en Sonora.
Tan sólo en las ciudades de Makkah, ubicadas en Arabia Saudita y en Al Wafra, Kuwait, se han registrado temperaturas como estas en la última semana de septiembre,
La esperanza aplazada
“Gran parte del país está bajo sequía”, comenta Christian Domínguez a ejecentral, el único lugar que se salva es la península de Baja California porque el huracán Hillary les trajo mucha lluvia. Algo similar es, a estas alturas, lo único que podría llenar las presas del resto del país al 70 por ciento.
Sin embargo, a la temporada ciclónica sólo le quedan los meses de octubre y noviembre; es posible que haya un ciclón fuera de temporada en diciembre, pero muy poco probable. Sobre todo porque el fenómeno de El Niño durará al menos hasta enero. Incluso si se forma un ciclón, la tendencia en esos meses es que estén muy alejados de las costas de México, agrega la experta.
Para Domínguez no hay duda de que estos fenómenos y los récords de temperatura que se han rebasado en los últimos cinco años se deben al cambio climático. Agrega que, aunque no se pueden aún hacer pronósticos al respecto, esto, y el hecho de que hubo una Niña (otro fenómeno meteorológico) que duró tres años, deja abierta la posibilidad de que este Niño sea excepcionalmente largo, quizá hasta un año y ser comparable al de 1997, que históricamente el que más ha afectado al territorio nacional.
La climatóloga añade que en México se hace muy poca prevención ante los fenómenos meteorológicos, a pesar de que Conagua y el SMN tiene la información y los pronósticos.
En el panorama actual de sequía ya no hay gran cosa que hacer para tener mejores métodos de captación de agua, pero sí de ahorro en las ciudades, y se podrían tomar medidas para prevenir los incendios que muy probablemente se producirán y los golpes de calor.
El dato. El Niño de 1997 ha sido el que más ha afectado a México, y existe la posibilidad de que el actual, que empezó en julio de 2023, según la Organización Meteorológica Mundial sea similar.