ESSA, un marcado contraste de ganancias en Baja California Sur

12 de Noviembre de 2024

ESSA, un marcado contraste de ganancias en Baja California Sur

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Una empresa que fue estratégica para su fundador y un gran negocio, lo mismo para Mitsubishi, es un fracaso para México, en especial para los habitantes de Guerrero Negro

Daniel K. Ludwig, un empresario naviero e inmobiliario, buscaba aumentar el uso de su flota, además de abastecer mejor a sus clientes —industriales químicos y madereros, de la costa oeste de Estados Unidos y Canadá—. Así que en 1954, Ludwig emprendió un viaje en su yate por el litoral Pacífico, acompañado por su amigo el actor Clarck Gable y otras celebridades de Hollywood.

En su recorrido, el magnate estadounidense exploró las lagunas Ojo de Liebre y Guerrero Negro, en Baja California Sur, y ahí descubrió la fuerte concentración de sal en el agua de las lagunas y las salitreras naturales, eso bastó para que ideara el desarrollo de una gran empresa productora de sal por evaporación. Sin duda sería un éxito, porque sus clientes necesitaban la sal como una de las materias primas de los procesos de producción de la sosa cáustica, cloro y del plástico, fundamentalmente del PVC.

Con la idea en mente, Daniel K. Ludwig, quien jugó un papel clave en la Segunda Guerra Mundial al ayudar con sus barcos a la flota estadounidense y a los portaaviones a abastecerse de combustible en alta mar, en el Pacífico, inició los trámites de la nueva empresa ante la Comisión de Fomento Minero del Gobierno Mexicano. Y el 7 de abril de 1954 se constituyó Exportadora de Sal S.A (Essa).

Y es que la sal no es solamente un elemento fundamental para el cuerpo humano, para el planeta o para sectores industriales, ha marcado la historia de la humanidad, ciudades se han fundado en torno a ella, y llegó a influir en el comercio, los impuestos e inclusive en la religión.

Eso no ha cambiado mucho. El mercado mundial apuntala a México en los primeros lugares en la industria, pero eso no se refleja en los números ni en los beneficios que recibe como socio mayoritario. El único ganador es Mitsubishi, el socio minoritario, que factura en su división de cloro más de cinco mil millones de dólares por año, gracias en gran medida a Essa.

Pero los grandes perdedores son los 17 mil habitantes de Guerrero Negro. Sin hospitales, con un 10% de calles pavimentadas, servicios limitados en sus hogares y sin espacios de recreación que han facilitado el alcoholismo y la drogadicción que aumenta cada año. Exportadora de Sal representa la principal fuente de ingresos en la zona, y de acuerdo a los registros al interior de la empresa se ha discutido con Mitsubishi generar beneficios sociales para la población, y así quedó establecido en el acta de asamblea de febrero de 2014, pero casi seis meses después la japonesa se arrepintió y se eliminó de los acuerdos. Sólo quedó en aportar 30 becas que representan, en total, 450 mil pesos al año.

El gobierno de México iniciará, a través de la Secretaría de la Función Pública —adelantaron fuentes consultadas por ejecentral— la revisión de los daños que presuntamente Mitsubishi ha causado a su socio, al obtener beneficios ventajosos en los últimos años con apoyo de funcionarios de Essa y desde la Secretaría de Economía.

Por lo pronto, la Auditoría Superior de la Federación ya inició su quinta auditoría, en siete años, a Exportadora de Sal, una empresa que el gobierno de Enrique Peña Nieto dejó casi en la quiebra, pero que su producción de sal, junto con lo que se produce en Yucatán colocan a México entre los primeros 10 países, con 3% de la producción mundial.

Desierto, agua y sal

Essa se localiza en Guerrero Negro, en la costa occidental de la península de Baja California Sur, a 730 kilómetros de la ciudad de Tijuana, y a 750 kilómetros de la ciudad de La Paz, a la altura del paralelo 28 grados. Las instalaciones portuarias para la carga de barcos se localizan en la Isla de Cedros, ubicada a 100 kilómetros al oeste de Guerrero Negro, en el Océano Pacífico.

A partir de la idea de Ludwig se comenzó a desarrollar el pueblo y las instalaciones de Guerrero Negro, nombre que adquirió por el barco ballenero estadounidense que ahí se hundió en 1858, Black Warrior.

Exactamente se ubica sobre la laguna Ojo de Liebre, a donde, además, llegan las ballenas jorobadas cada año, a aparearse y a parir al siguiente año, lo hacen porque esas bahías tienen un gran contenido de sal, lo que les permite flotar mejor.

Con el mercado asegurado, luego de que las salinas de San Francisco, California, habían cerrado, Ludwig se dio a la tarea de poner en marcha su proyecto, pero Guerrero Negro carecía de prácticamente todo: población, caminos y toda clase de servicios. Por lo que tuvo que importar todo, desde personal, materiales, maquinaria e insumos. Las poblaciones importantes como La Paz, Ensenada, Tijuana o San Diego, estaban entre 600-800 kilómetros de distancia.

El empresario estadounidense, además, llegó a acuerdos con los ejidatarios que eran dueños de parte de las tierras, para que se las rentaran a largo plazo, por lo que tenía todo para su nuevo imperio.

Con la nueva aventura del magnate estadounidense comenzaron a llegar técnicos internacionales, especialistas en sal; primero para la construcción de las salinas, que son grandes bordos por los que circula el agua salada, esta se evapora, se bombea, y en la medida en que el agua se volatiliza, va quedando la sal, la cual se colecta con grandes cosechadoras mecánicas y después se procesa en una planta donde se lava y se logra producir sal que fundamentalmente sirve para fines industriales. El ciclo completo dura 18 meses.

Tres años después de obtener la concesión federal y crear Essa, en 1957 se llevó a cabo la primera exportación de sal a granel, cerca de 11 mil toneladas por vía marítima. Los primeros clientes fueron las empresas químicas de la costa occidental de Estados Unidos y de Canadá.

Cambio de planes

Durante la década de los años 60, Essa aceleró su crecimiento y empezó a incursionar al mercado japonés, que desarrollaba su industria cloro-alcalina de la posguerra. La producción de la empresa con sede en la Península de Baja California entonces llegó a los 4 millones de toneladas métricas para finales de la década, de la cual casi el 50% iba al mercado asiático y el resto al de América del Norte.

La transportación de la sal la realizaba la flota granelera de Ludwig, bajo las siglas de National Bulk Carriers. La ESSA de Ludwig invirtió en plataformas de acopio al aire libre en Long Beach, California, y en Mitsukojima, Japón.

Ludwig se aventuró a desarrollar un proyecto muy importante en medio del desierto, en el que arriesgó gran parte de su capital, pero los aires de cambio no tardaron en llegar a Guerrero Negro. Como candidato a la Presidencia de México, Luis Echeverría recorrió gran parte del país en 1969, incluida esta zona, junto con Essa.

Para 1971, Ludwig percibió que el cambio en la retórica oficial modificaba el tono de bienvenida a la inversión extranjera de la época alemanista, por uno nacionalista, que privilegiaba una mayor participación nacional en el capital de las empresas. Ludwig decidió vender Exportadora de Sal y entonces apareció la japonesa Mitsubishi Corporation, que buscaba invertir en alguna salina. La japonesa había hecho prospecciones en Australia e India; sin embargo, apareció en el mercado la compañía del estadounidense y, después de una ardua negociación, le compró el 100% de las acciones en abril de 1973.

Para entonces Essa ya producía 4.5 millones de toneladas métricas y, como todavía hoy día, era la mayor salina solar del mundo. Abastecía (como hasta la fecha) el 47% de las necesidades de sal de Japón a donde se mandaba 2.9 millones de toneladas anualmente. El resto, 1.6 millones de toneladas, las consumían las plantas químicas de la costa occidental de Estados Unidos, que han ido desapareciendo por razones económicas y ambientales.

Pero a los seis meses de la compra, en noviembre de 1973, Mitsubishi vendió 25% de sus acciones en Exportadora de Sal al Estado mexicano. Tres años después, en 1976, como resultado de la nueva Ley Minera, tuvo que vender el 26% adicional al gobierno. Es así que se convirtió, a través de la Comisión Nacional de Fomento Minero (precursora de FIFOMI), en el socio mayoritario, al controlar el 51% de las acciones de Essa.

Un extraño acuerdo

La negociación entre la empresa y el gobierno mexicano se dio en muy buenos términos, sobre todo para los japoneses. El gobierno firmó un contrato de exclusividad de larga duración, para que Mitsubishi Corporation fuera el distribuidor exclusivo de Essa a nivel internacional, el cual ha regido hasta ahora. Pero aún faltaba algo, en los activos transferidos a Essa, como parte de la operación de Mitsubishi con el gobierno, no figuraron ni el transporte de la sal, ni las terminales de descarga en Long Beach y Mitsukojima.

Por lo que se le solicitó a Mitsubishi Corporation que incluyera al socio mexicano en el negocio del transporte de sal. Con el mercado garantizado se decidió entonces, en 1976, crear Baja Bulk Carriers (BBC) S.A., con una estructura accionaria de 50% para cada socio.

Baja Bulk Carriers, se dividió al 50% entre Mitsubishi y la Comisión de Fomento Minero. Como único cliente de Mitsubishi, BBC ha llegado a transportar 6.5 millones de toneladas métricas anuales.

Exportadora de Sal construyó una terminal para acelerar la carga (22 mil toneladas diarias) y expedición de sal en Isla de Cedros, abastecido por un sistema logístico de transporte en barcazas y remolcador que mueven la sal de Guerrero Negro a la Isla de Cedros a 100 kilómetros de distancia. Por cierto, uno de los remolcadores recientemente son materia de investigación por parte de las autoridades, porque se pagó por un equipo que no se ha entregado, como lo reveló ejecentral hace unos meses.

El pueblo olvidado

Exportadora de Sal ha llegado a producir casi nueve millones de toneladas métricas anuales de sal, aunque tiene capacidad física y territorial para ampliar la producción hasta 12 millones de toneladas anuales.

Pero no sólo es la sal, que se vende a precios castigados, gracias a la influencia y poder que tiene Mitsubishi; también se encuentra como producto de alta demanda la salmuera y cuyo beneficio se estima superior a los 50 mil millones de pesos por su venta. Pero hasta la fecha y principalmente por la oposición de Mitsubishi, no se ha explotado este producto.

Pero hay otro elemento importante. Actualmente Guerrero Negro cuenta con cerca de 17 mil habitantes, cuya vida gira prácticamente entorno a Essa, en donde trabajan cerca de mil 500 personas, y el resto en suministros o servicios que requiere la empresa. Otra parte de la población, un sector pequeño, se dedica al sector turismo, relacionado principalmente con la llegada de las ballenas cada año.

Mientras que, en la Isla de Cedros, viven alrededor de tres mil 500 personas, de las cuales, entre 200 y 250 son empleados de Exportadora de Sal, que operan la terminal de carga en la isla, que tiene más actividad económica que Guerrero Negro, debido a la pesca de abulón, camarón, así como por su fama para la pesca deportiva.

Sin embargo, Guerrero Negro prácticamente se quedó atrapado en la época del empresario Daniel K. Ludwig. El poblado de Guerrero Negro que comenzó en la década de los 50 con un pequeño campamento, con servicios muy básicos como la energía eléctrica y suministro de agua potable, ha avanzado muy lentamente.

Para la década siguiente, de ser una población de aproximadamente 500 habitantes creció a mil 500 y eso llevó a fundar el segundo asentamiento, la colonia Loma Bonita, pero sin servicios de algún tipo, ni siquiera luz o agua, por lo que Essa les enviaba pipas con agua al ser sus empleados.

Para los años 70 se dio forma al gobierno municipal, que debió asumir el dotar de los servicios, algo en lo que poco ha avanzado. El Infonavit construyó un nuevo asentamiento sólo para trabajadores de la salinera y fue alrededor de esas tres colonias que se dio crecimiento de Guerrero Negro.

Los pobladores relatan que pasaron 30 años para tener la primera calle pavimentada y se hizo en varias etapas. Se trata del boulevard principal, que es la arteria fundamental, porque por allí salen y entran los insumos que requiere la empresa y el pueblo; llegan los empleados y comunica con las carreteras.

Actualmente todo Guerrero Negro sólo tiene 9 calles pavimentadas con concreto hidráulico, lo que no representa ni 10% de las calles que tiene la población. Ya se ubica con un 80% de agua potable en los hogares, pero sólo 50% es eficiente, de acuerdo a la información disponible. Su drenaje abarca el 70%, pero está tan mal diseñado, aseguran los habitantes, que constantemente colapsa, porque el sistema de cárcamos no funciona a 100%, sólo tiene un reservorio de aguas negras que constantemente tiene derrames.

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En Guerrero Negro es mejor no enfermarse, porque sólo tiene una clínica que carece de especialidades, ni siquiera de médicos internistas o psiquiatría. El hospital más cercano se ubica entre 500 y 700 kilómetros, en La Paz o Ensenada. Y sin embargo, relatan algunos de sus habitantes entrevistados, los problemas de tuberculosis, drogadicción y suicidios es grave.

Tampoco tienen centros deportivos o diversión. Tienen dos patrullas y 25 policías para todos los turnos. La riqueza de Exportadora de Sal en 67 años de operación no se ha reflejado en la población, Guerrero Negro, que hace posible su operación. Ni mucho menos en las ganancias de Mitsubishi, expresa un poblador.

La política de desarrollo regional de esa zona puede jugar un papel clave para detonar una mayor actividad económica.

Por ejemplo, sugieren algunos especialistas, para incentivar la agricultura, porque pueden implementarse procesos de desalinización para la producción de algunos alimentos orgánicos o de invernadero.

La estrategia pasa porque Mitsubishi cumpla sus acuerdos y no continúe frenando el desarrollo de la empresa para su beneficio, como lo han mostrado documentos publicados por este periódico. De acuerdo con las fuentes consultadas, se iniciará una revisión de los daños que se considera han provocado las ventajas para la japonesa, además de establecer una nueva estrategia de supervisión interna, para lo que ya se está renovando al personal.

El mercado de la sal es relativamente pequeño y enfrenta feroces competidores como Australia e India. El 37% del consumo de la sal que se produce a nivel mundial se va para la producción de la sosa y cloro, 19% se utiliza como carbonato de sodio (principalmente para fines industriales), 15% para deshielo y 11% para la alimentación, entre los usos más importantes.

De acuerdo con datos de la consultora IHS, entre 16% y 18% de la sal producida en todo el mundo se comercializa a largas distancias, mediante el comercio marítimo. Y son Australia, México e India los países que tienen las condiciones climáticas y geográficas que permiten una producción confiable de sal solar a bajo costo.

China, es el mayor consumidor con poco menos de un tercio de toda la sal producida en 2019. El segundo es América del Norte, que requirió casi una cuarta parte del volumen mundial de sal. Europa representa otro 18 por ciento.

Y es allí en donde México, de acuerdo a los especialistas, tendría una oportunidad importante, ya que Estados Unidos, aunque es uno de los mayores productores, también es el principal importador de sal, seguido de China.

Pero esto no podrá ocurrir, mientras Mitsubishi sea el mayor beneficiado y no el Estado mexicano.

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