ESSA, habrá borrón y ¿cuenta nueva?

Tal parece que nunca terminarán los problemas dentro de la Exportadora de Sal (ESSA), la salinera más grande del mundo, ubicada en Guerrero Negro, Baja California Sur, pues desde hace mucho tiempo siguen a la orden del día.

La novedad ahora, dicen los muy bien enterados, es que todo indica que la dirección a cargo de su nuevo director, Carlos Patterson Olivas, quien fue nombrado el pasado 10 de febrero, está perdida y a ciegas para saber por dónde empezar a arreglar aquel desastre que dejó el efímero y prácticamente casi inexistente exdirectivo de Exportadora de Sal, Raúl Franco Morones.

Y es que varios dentro de la empresa mexicana aseguran que el escurridizo exfuncionario y a quienes han identificado como “su gente” dentro el Órgano Interno de Control, se pusieron de acuerdo para borrar toda huella que dejaran las turbiedades con procedimientos, además de la información de los temas delicados y de probable corrupción en la paraestatal para después salir por la puerta de atrás. Ante esto sólo queda exclamar ¡óoorale!