ESSA, ¿buena herencia?
Aseguran que la japonesa Mitsubishi debió aceptar un trato muy por debajo de las aspiraciones económicas que tenía, para dejar ESSA en manos del Estado mexicano, pero fue porque les leyeron un rosario de anomalías internas que existían
Aseguran que la empresa japonesa Mitsubishi debió aceptar un trato muy por debajo de las aspiraciones económicas que tenía, a cambio de dejar Exportadora de Sal en manos del Estado mexicano.
Lo hizo, cuentan, porque le leyeron un rosario de anomalías internas que existían, además de adeudos onerosos.
Cuentan que los representantes nipones estaban muy molestos, y cómo no estarlo si lo que estaba en sus planes, aseguran, era que en la época del presidente Enrique Peña Nieto se les “entregara” casi regalada, según documentos que encontraron los morenistas al llegar al gobierno.
Ahora, explican los conocedores, es conseguir que, a quien pongan al frente, la modernice, la limpie de corrupción y diseñe una estrategia de negocio, porque así se convertiría en una gran fuente de ingresos para el próximo gobierno federal.