El bloqueo por la falta de acuerdo entre las distintas fuerzas políticas para formar el nuevo gobierno en España tras las elecciones del 20 de diciembre, encamina al país a repetir comicios el próximo 26 de junio.
El socialista Pedro Sánchez perdió este miércoles la primera votación del debate de investidura en el Congreso de los Diputados a la que se sometió, y en la que tuvo 130 votos a favor, 219 en contra y una abstención, por lo que habrá una segunda votación el viernes.
El dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se presentó a la votación de investidura después de que el 22 de enero Mariano Rajoy declinara hacerlo a pesar de que su formación, el Partido Popular (PP) fue la más votada y la que consiguió más diputados.
El PP cuenta con 122 diputados, el PSOE 90, la izquierdista Podemos con 69, la centroderecha Ciudadanos con 40 y el resto distribuidos en formaciones nacionalistas, independentistas y regionales.
Por ello, es la primera vez que el dirigente de la fuerza que quedó en segundo lugar se presenta a un debate de investidura y tras fracasar este miércoles el viernes tiene una segunda oportunidad en la que con mayoría simple podría ser investido.
De acuerdo con el sistema parlamentario español, tras los comicios se abre una segunda fase de elección entre los 350 diputados, quienes aprueban al candidato que se someta a investidura con 176 votos (la mitad más uno), o en una segunda votación con más votos a favor que en contra.
Sánchez se presentó a este debate solo con el apoyo de Ciudadanos, a partir de un acuerdo común con propuestas en empleo, desigualdad, regeneración democrática, combate contra la corrupción, papel de España en la Unión Europea y en el mundo, y resolver la crisis de convivencia en Cataluña.
Sin embargo, los demás grupos parlamentarios rechazaron apoyar ese acuerdo, y cada uno por razones específicas, lo que aleja la posibilidad de sumar mayoría suficiente para que el PSOE, o en su caso PP si Rajoy lo quiere intentar, puedan formar gobierno.
Los posicionamientos en la jornada de este miércoles, que tuvo momentos broncos, no fueron solo al acuerdo, sino al proyecto de país que se espera para los próximos años, lo que marca el preámbulo de unas nuevas campañas electorales.
Sánchez enfocó su mensaje de investidura a pedir a Podemos que recapacite y no vote lo mismo que el PP, y asegurar que son muchas las cosas que les unen, pero a cambio recibió la negativa y fuertes críticas por haber pactado con otra formación que no es de izquierda.
Mientras el líder socialista reiteró que el resultado no permite un gobierno de izquierda como se lo proponen Podemos e Izquierda (IU) y que sumaría 161 diputados, desde esas formaciones le pedían romper con Ciudadanos.
Por su parte, un Rajoy irónico con el intento socialista se limitó a defender su gestión de los últimos cuatro años y cuestionar que el proyecto de Sánchez no es el adecuado para la economía y la política española.
El escenario sirvió al dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien en el debate pidió a Rajoy que se retire por impedir la regeneración política que necesita el país.
Iglesias criticó la forma en que el PSOE negoció este proceso a lo largo de un mes, por no haber finalizado las conversaciones con Podemos y aceptar un acuerdo con Ciudadanos, a cuyo líder comparó con Nicolás Maquiavelo.
En el cara a cara entre Iglesias y Sánchez, salió la negativa del PSOE a apoyar la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña, como se lo propone Podemos, y lo que se repitió en el debate con diputados independentistas catalanes.
El resto de formaciones expresaron cada una sus discrepancias con el acuerdo, con el PSOE o con Ciudadanos, por lo que el resultado de esta votación es probable que se repita, lo mismo dadas las posturas fijas que no dan tiempo a convencerse entre unos y otros de un cambio.
A partir del miércoles se abrió un plazo de dos meses, que es el que tienen los partidos políticos para intentar acordar la formación del gobierno.
En sus discursos, muchos de los grupos parlamentarios aseguran que en ese plazo se podría alcanzar un acuerdo que forme mayoría para gobernar, pero repitiendo las mismas propuestas expuestas hasta ahora que no han permitido una fórmula que garantice una mayoría para gobernar.
Por un lado, el PSOE rechaza apoyar a Rajoy en su propuesta de encabezar un gobierno de PP, Ciudadanos y socialistas, y por otro Sánchez no quiere depender del apoyo y la abstención de los independentistas catalanes, como lo sugiere Podemos.
En caso de no conseguirse se convocarían a nuevas elecciones (según la ley, 54 días después de vencerse el plazo) para el 26 de junio.
vía Notimex