Escasez y desabasto de alimentos, una crónica anunciada

5 de Noviembre de 2024

Escasez y desabasto de alimentos, una crónica anunciada

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Se trata de productos básicos que comienzan a faltar; y el mercado de consumo de los ciudadanos muestra el primer efecto de la crisis

México está en el preámbulo de que se agudice la disponibilidad de mercancías y alimentos. Todos los indicadores lo muestran.

El primer círculo económico de las familias mexicanas, el de los pequeños comerciantes, está sufriendo de escasez y desabasto de productos en las presentaciones que regularmente manejan, como por ejemplo: paquetes de papel de baño de 4 rollos, jabón en tamaños de un cuarto o de medio kilo, agua embotellada de 600 mililitros, además de aceites comestibles, refrescos, cerveza, entre muchos otros productos que los consumidores buscan con mayor frecuencia en la tiendita de la esquina y que poco a poco hay menos o de plano no están, porque simplemente no hay abasto.

Factores internos y externos explican esto, como la guerra entre Ucrania y Rusia, las disrupciones en las cadenas de logística por falta de contenedores, pero también cortes en el suministro ante las medidas proteccionistas de varias naciones en el planeta por una posible escasez de materias primas y alimentos.

Lo que se ve en el mercado, frente a la crisis que ya se reciente en los bolsillos, son dos cambios: Las personas compran menos, sólo para cubrir la mitad de la semana, y la escasez de productos es “fina”.

De acuerdo con el presidente de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), Cuauhtémoc Rivera Rodríguez, el pequeño comercio está sufriendo de un desabasto y escasez de mercancías en presentaciones que son más convenientes ahora para el consumidor, debido a que el ingreso de las familias se ha desgastado y procuran comprar sólo lo necesario, únicamente para media semana, un cambio en los hábitos de compra que derivó de la pandemia.

En entrevista con ejecentral, el directivo advirtió que ciertos productos no están llegando a los anaqueles de estos comercios y ya están afectando el gasto e ingreso de los hogares.

“Lo que estamos diciendo es, que la escasez de la que hablamos es una escasez fina, ¿por qué fina? porque el portafolio en las distintas proveedurías no está dando un surtido robusto como el que regularmente da, porque están presentando ‘cacofonías’. No están surtiendo con la robustez con la que regularmente lo hacen todas las cadenas productivas, hay lagunas”, enfatizó.

La disponibilidad de mercancías también se ha visto afectada por la cadena de suministros en el caso de los empaques, ya que esas empresas también están siendo afectadas por la falta de materiales, lo que podría ser una de las causas de esta escasez.

La ANPEC señala que muchas industrias tienen ya un problema similar de un problema de la insuficiencia de productos y encarecimiento del cartón, vidrio y aluminio, entre otras materias primas que han visto reducido el suministro por las disrupciones en la logística.

Escasez y desabasto

Cambio de hábitos

Rivera Rodríguez relató que anteriormente las compras se hacían para dos semanas o hasta para un mes, pero esto cambió desde la crisis sanitaria.

“Aquellos que hacían despensas por un mes, 15 días o por semana se han ido acortando y ahorita el consumo promedio de despensa, del que la hace, es de media semana. Y una gran mayoría compra solo lo que se come”, mencionó. La gente hace esto por falta de recursos para evitar mermas, para evitar un consumo desorbitado de los propios miembros de la familia, para llevar un mejor control de lo que se tiene”, detalló.

Pero tal y como lo advierte el líder de la ANPEC sin dudarlo y que refleja la gravedad: “Nos guste o no, estamos en una tendencia a un consumo reducido, producto de la falta de poder adquisitivo de la gente, y producto de que los precios están disparando constantemente”.

De acuerdo con la asociación, 1.2 millones de comercios conforman el universo de pequeños comerciantes, entre abarrotes, pollerías, cremerías y comercio mixto, los cuales cubren el 52% de la demanda nacional.

Y según las cifras del organismo, esta actividad económica da un total de 2 millones de empleos, de los cuales son 5 millones de dependientes.

Estos números dan un panorama claro de qué está pasando día a día en el mercado de consumo de los ciudadanos y cómo está cambiando.

Escasez y desabasto

Inflación alimentaria

Otro dato que se suma a estas malas noticias para los hogares mexicanos, es que además de la escasez y desabasto de ciertos productos que se está gestando, es que la canasta alimentaria, esa que sólo considera alimentos de primera necesidad, su precio mínimo para adquirirla aumentó 11.7% en los últimos 12 meses a nivel nacional, más arriba del 7.65% anual que alcanzó la inflación; es decir, existe una brecha de 3.8% más en el costo para poder comer, revelan datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Hoy, comprar la canasta alimentaria en una ciudad tiene un costo mínimo de 1,982.45 pesos por persona, y destinar un menor monto a ésta por una cuestión de tener un ingreso corto o diluido se considera que han caído en pobreza laboral.

Para hacerlo más entendible, una familia de tres integrantes y que tenga el ingreso del salario mínimo, es decir, 5,186 pesos mensuales, tendría que gastar 1,728.7 pesos por cada uno de ellos, insuficientes para cubrir la canasta alimentaria, por lo que estarían en el rubro de pobreza laboral. Y aquí no estamos considerando los gastos extras como es el transporte, gas, electricidad, renta, predial y otros desembolsos adicionales que son esenciales en un hogar.

Escasez y desabasto

La alta inflación, que no se ha detenido en 14 meses, aunque en mayo tuvo una pequeña desaceleración, la realidad es de que fue por causa de la entrada de un subsidio en las tarifas eléctricas para ciertas regiones de la República, que se hace de forma estacional cada año, por lo que analistas económicos anticipan que continuará el ascenso en los precios, al menos hasta agosto en donde tocará un máximo para luego comenzar a descender, han anticipado el Banco de México y economistas del sector privado financiero.

No obstante, un análisis de la ANPEC indica que los pronósticos inflacionarios que se tienen por parte de las autoridades, y que indican que en septiembre comenzaría un declive en los precios, podría estar “fuera de la realidad del mercado, ya que la temporada otoñal es el preámbulo de la temporada navideña, curva roja de la economía, por lo que dicho pronóstico resulta difícil de creer”.

Escasez y desabasto

El insuficiente PACIC

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó el pasado 4 de mayo, una estrategia para contener —sin aplicar importes máximos— los precios de 24 productos que considera esenciales para los hogares mexicanos.

Las autoridades que administran el país aseguran que el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) está dando resultados, que de los bienes y servicios que lo componen bajaron un 0.91% en mayo respecto a abril.

Sin embargo, la ANPEC afirma que únicamente cuatro productos de los 24, que conforman el PACIC, bajaron entre el 4 de mayo y el 12 de junio, de los que destacan el limón, sardina, tortilla y cebolla.

Aunque a nivel nacional la tortilla se mantuvo estable en 20 pesos el kilogramo, según números del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), hubo regiones del país que registraron aumentos de hasta 20%, cómo fue el caso de Durango que aumentó de 14.5 a 17.40 el kilogramo en promedio.

Así también se pudo observar que aumentó la tortilla en Aguascalientes y en Guadalajara, Jalisco, en alrededor de 10 por ciento. En Torreón Coahuila subió 12.3%, en una medición del cuatro de mayo al 15 de junio. También hubo algunos descensos, pero en la mayoría de los casos se mantuvo estable el precio de la tortilla.

“Llevamos un mes y medio del PACIC, y te puedo decir que el PACIC se está viendo con graves dificultades para poder anclar al mercado precios máximos, es muy difícil. Nosotros lo que estamos viendo es que es muy complicado lograrlo y lo estamos advirtiendo oportunamente. Hasta ahora el PACIC no ha logrado su cometido”, reconoció Cuauhtémoc Rivera.

Uno de los problemas a los que se enfrenta el paquete antiinflacionario del gobierno para que funcione, es que México es un mercado que tiene varios mercados, en donde de una entidad a otra cambian los precios radicalmente, y tratar de imponer una contención de precios equivale a generar problemas en estados que no los tienen. Esto significa que si al precio de una mercancía se hace lo posible por marcarle un máximo, las entidades donde esté barato van aumentarlo al nivel del resto del país, lo que genera la inflación ante esta medida.

Un ejemplo de este problema se puede observar en el jitomate, producto que para Guerrero aumentó 67%; para Puebla, la Ciudad de México, Oaxaca y Guanajuato subió 50, 48, 25 y 17%, respectivamente. Y mientras esto sucedía en esas entidades, en Jalisco, Morelos, Querétaro, Hidalgo y Tabasco reducían sus precios en 52, 30, 28.5, 28 y 26.7%, en ese mismo orden.

Y así podemos mencionar otros productos como el limón, la naranja, la leche, el huevo, el frijol, el aceite, entre el resto de los productos que están incluidos en el PACIC, los cuales para algunos estados aumentaron y para otros bajaron, lo que de forma regional puntual se puede decir que sí está afectando los indicadores inflacionarios, aunque a nivel país tal vez no se observa ese detalle.

Escasez y desabasto

Por el momento las expectativas de la economía global, incluida la de México, muestran un debilitamiento para el cierre del año, de acuerdo con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros organismos importantes, lo que ya ha despertado las alertas y temores de una posible recesión, primero en Estados Unidos la que infectaría al resto del planeta, y uno de los primeros países sería el nuestro.