Escándalo en Instagram: descubren que permitía la explotación infantil

Pese a que han pasado pocos días desde que el mismísimo Mark Zuckerberg ofreciera disculpas a los padres y familiares de los menores que fueron víctimas de abuso y acoso en sus distintas plataformas, un nuevo escándalo salpica a Instagram.

Todo se remonta al anuncio del plan de suscripciones para los creadores de contenido en 2022. Se trata de una estrategia que permite la venta de contenido exclusivo a fans y seguidores de determinadas figuras en línea. De esta manera, los influencers y otras celebridades podían vender fotos y videos especiales.

También se permitía la comunicación directa entre determinados fans con los propios creadores de contenido.

El problema llegó cuando investigadores de The Wall Street Journal descubrieron que muchas de las cuentas —las dedicadas al llamado “contenido familiar”— vendían contenido protagonizado por menores de edad, especialmente niñas. Este tipo de material era especialmente solicitado por hombres adultos, un hecho que era del conocimiento de los padres de las menores, dado que Instagram también permite que los creadores de contenido sepan la edad, sexo y ubicación de sus admiradores, entre otros datos.

Asimismo, entre las fotos y videos de los menores se encontró material en el que se les puede apreciar en trajes de baño y ropa ajustada, un tipo de contenido altamente popular entre los compradores inscritos en el programa de suscripciones.

Otro tipo de material altamente solicitado fue la recreación de fotos estilo pin-up con niñas menores de edad, así como contenido fetichista de embarazo y lactancia en grupos de Facebook.

Por su parte, los mensajes que los creadores de contenido recibían de sus suscriptores llegaron a incluir palabras, frases y emojis explícitamente sexuales, sin que esto frenara la comercialización de fotos y videos de niños y niñas.

Aprovechan hueco legal

Los límites de edad para la creación de una cuenta en la red no representan ningún problema para los creadores de contenido familiar —o “influmamis/influpapis”, como se les conoce coloquialmente—, ya que si bien Instagram no permite que los niños menores de 13 años se registren como usuarios, si acepta los perfiles que se dan de alta con “administración de los padres”.

Esta opción, en teoría, está pensada para perfiles como los de los niños actores, para que puedan dar a conocer su trabajo, todo, supuestamente, publicado y bajo control de los padres, tutores u otras figuras adultas cercanas al menor.

Pero en el caso de los niños de familias influencers, tal potestad ha sido utilizada para vender contenido que no solo viola su privacidad, como muchos señalan, sino para exponerlos directamente ante posibles pederastas, con el conocimiento de sus padres.

La investigación de The Wall Street Journal señala que ante los señalamientos hechos a Facebook, en ocasiones se llegó a reconocer el problema y se eliminaron las cuentas responsables de la difusión de dicho contenido. Pero no se eliminaban las cuentas de respaldo de dichas personas, incluso cuando estaban publicadas en los mismos perfiles de las cuentas principales.

El peligro va más allá del mundo virtual. Dado que a menudo, las cuentas familiares publican las actividades y rutinas de los niños a su cargo, se puede deducir su domicilio, lugar donde estudian y otros lugares que frecuentan.

Este escándalo involucra no solo a los padres y creadores de contenido que vendían material de menores de edad a extraños, sino a los mismísimos responsables de las plataformas digitales.

Tras la publicación de la investigación, tanto Facebook como Instagram eliminaron varias de las cuentas y material que involucraban contenido de menores, pero se estima que el problema no ha desaparecido, toda vez que los creadores de contenido familiar continúan exponiendo a los niños y utilizando su presencia e imagen para vender productos y servicios.

SIGUE LEYENDO