Se le veía sonriente, como si se tratara de una fiesta: estaba de regreso en su tierra natal, en esta ocasión, para presumir una de las obras insignias de su administración, la Refinería Olmeca, en el puerto Dos Bocas, en Tabasco.
Desde la plataforma de la refinería, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó “es un sueño convertido en realidad”. Un sueño que todavía se ve lejano, pues se prevé que inicie operaciones dos años después de que concluya su administración.
“La refinería de Dos Bocas estará lista hasta 2026, ¿qué están inaugurando?”, cuestionó un usuario de Twitter durante la transmisión del evento.
Este Cuarto Informe de Gobierno fue distinto a los otros, lejos de Palacio Nacional y de la explanada del Zócalo de la Ciudad de México, tuvo lugar desde el interior de la Refinería Olmeca, quizá la obra más emblemática de la administración.
Y, desde el municipio de Paraíso, 150 selectos invitados, principalmente políticos y empresarios, escuchaban al Presidente. Algunos de ellos lo recibieron con la conocida frase: “¡Es un honor estar con Obrador!”, mientras que al aludido se le dibujaba una sonrisa en el rostro.
Acompañándolo en el templete estuvieron las personas claves: su esposa Beatriz Gutiérrez Müller; la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, a quien se le encargó la obra; el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza; el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O; y el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Barlett.
A los se les unieron el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; el secretario de la Marina, José Rafael Ojeda; el gobernador de Tabasco, Carlos Manuel Merino; y dos de las tres “corcholatas” presidenciales: el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
En tanto, el resto de su gabinete legal y ampliado estuvieron difuminados entre los gobernadores y empresarios. También estuvo presente la presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Olga Sánchez Cordero, aunque se observó la ausencia del coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.
La ceremonia transcurrió con la participación de algunos funcionarios antes del mensaje del propio Presidente. En su intervención, Merino le dijo al Presidente que “contara con Tabasco para continuar con la transformación del país”, en tanto Nahle habló sobre el momento en que López Obrador le instruyó construir una de las obras insignias de su administración: “Me mandó a llamar. Y ahí en el despacho presidencial, sí ahí donde también despachó Benito Juárez, me dijo: ‘te vas hacer cargo de este proyecto y tengo la confianza en ti y en nuestros técnicos mexicanos para poder cumplir este compromiso al pueblo de México. Cada quien debe hacer su parte y a ustedes les toca esto, prográmense y en tres años constrúyanla. Y así fue”.
Tales palabras fueron agradecidas por el mandatario cuando llegó su momento de hablar, y aunque en su discurso mencionó los programas sociales, de seguridad y salud, López Obrador centró su informe en la obra inaugurada y mencionó otras más: el Aeropuerto Internacional del Felipe Ángeles, el Aeropuerto de Tulum, en Quintana Roo, y 1,500 kilómetros de vías del Tren Maya. “Le estamos haciendo justicia porque el sur también existe”, acotó.
También aprovechó para referirse a Carlos Slim como “el empresario más austero e institucional” y a su empresa ICA, de la que dijo que “está ahora en su mejor momento, es un orgullo de la construcción de nuestro país y en el extranjero”.
En su discurso no olvidó a Alejandro Murat, gobernador priista saliente de Oaxaca, a quien le aclaró que se mantendrán los empleados generados, y su concluyó su mensaje con la siguiente frase: “esta obra de transformación (en referencia a la Cuarta Transformación) la estamos haciendo entre todos, con trabajo creativo, sin excluir a nadie, con inteligencia, con el trabajo de obreros y de campesinos”.