Ernesto 'Che' Guevara, un “tauro” trotamundos, a 50 años de su muerte

1 de Diciembre de 2024

Ernesto ‘Che’ Guevara, un “tauro” trotamundos, a 50 años de su muerte

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Repasamos la travesía del periodista Jon Lee Anderson para comenzar a escribir la biografía del revolucionario

Hace 50 años, el 7 de octubre de 1967, fue capturado Ernesto Che Guevara, en un lugar cerca del poblado La Higuera, en Bolivia, cuando encabezaba un grupo guerrillero que trataba de iniciar una “revolución continental” en Latinoamérica desde ese país. Guevara fue asesinado dos días después, en ese poblado, por el sargento Mario Terán, quien cumplía órdenes del alto mando militar boliviano.

Bolivia era gobernada por el general Rene Barrientos Ortuño, elegido el 3 de julio de 1966, quien gobernó hasta el día 27 de abril de 1969, cuando el helicóptero que lo llevaba de regreso a la capital, La Paz, desde el pueblo de Arque, colisionó contra unos cables de alta tensión y se estrelló causando la muerte de Barrientos y sus acompañantes.

La muerte de Barrientos fue una de las que ocurrieron a varios de los participantes en la captura y asesinato del Che Guevara y que reforzaron el mito de quien ya era conocido en todo el mundo por ser el segundo hombre de Fidel Castro durante la revolución cubana, por sus manuales guerrilleros, y, sobre todo, por su congruencia política y social que mantuvo hasta el final de su vida.

El periodista Jon Lee Anderson decidió comenzar a escribir la biografía Che Guevara, una vida revolucionaria a fines de los años ochenta: “cuando realizaba investigaciones para un libro sobre las guerrillas de la era moderna. En campos de batalla de Birmania, El Salvador, el Sahara Occidental y aun del Afganistán musulmán descubrí que guerrilleros de todas clases veneraban al Che”.

Lee Anderson encontró que “Sus escritos (de Guevara) sobre la guerra de guerrillas, pero más aún los principios revolucionarios que parecía encarnar —abnegación, honestidad y dedicación a la causa—, habían trascendido el tiempo y la ideología para formar e inspirar a nuevas generaciones de combatientes y soñadores”.

Foto AFP

La biografía o la época

Escribir la biografía de un personaje tan presente como Ernesto Che Guevara es, inevitablemente, también escribir el retrato de la época en que vivió, con lo cual se corre el riesgo de dejarse arrebatar por un tiempo tan turbulento como el que conocemos comúnmente como los años sesenta.

Después de cinco años de un trabajo muy extenso y duro, a juzgar por la extensa bibliografía citada al final del libro, Lee Anderson vio publicado, en 1997, casi 30 años después de la muerte del Che, la que quizá es la mejor biografía del médico argentino, quien después de recorrer Latinoamérica decidió cambiar la medicina por el cambio social mediante la lucha armada.

El involucramiento de Lee Anderson con la hechura del libro fue tal que se mudó a Cuba con su familia y durante su estancia, de tres años, allí habló con la mayoría de quienes tuvieron que ver con Guevara e incluso tuvo acceso a archivos cubanos (a los que Jorge Castañeda, autor del libro La vida en rojo, también sobre el Che, no tuvo acceso y sobre todo con Aleida March, la viuda y segunda esposa del Che Guevara.

Además de la biografía también hubo primicias

Como el excelente reportero que es, Jon Lee Anderson consiguió, durante su investigación, varias primicias y con una de ellas abre el libro: el Che, no nació en la fecha que todos creían, el 14 de junio de 1928 “como constaba en su certificado de nacimiento, era un geminiano… y para colmo un sujeto más bien mediocre”. En realidad el Che nació un mes antes, el 14 de mayo de 1928, reveló su madre Celia de la Serna, y por lo tanto era un Tauro, que para quienes creen en la astrología, con “una personalidad audaz y obstinada”.

Otra exclusiva conseguida por Lee Anderson fue la revelación que el general boliviano Mario Vargas Salinas le hizo al final de una entrevista, sobre el sitio donde estaba enterrado el Che y varios guerrilleros más, pues el militar había participado en el entierro clandestino de siete guerrilleros y llevado por emociones encontradas reveló al autor de la biografía el lugar donde fueron enterrados todos ellos.

Lee Anderson decidió publicar la revelación que apareció el 21 de noviembre de 1995, en la portada del diario New York Times, y fue reproducida por el diario español El País un día después, sin citar la autoría de Lee Anderson. Vargas Salinas era un general retirado cuando la entrevista y sus declaraciones, además de llevarlo a ocultarse, lograron que un equipo de científicos cubanos, junto con el Equipo Argentino de Antropología Forense, identificaran los restos del Che Guevara para luego trasladarlos a Cuba el 12 de julio de 1997.

La figura de Ernesto Che Guevara es mostrada por Jon Lee Anderson sin concesiones en este libro de 756 páginas, en su versión impresa, que pese a su tamaño es tan adictivo que cuesta trabajo asimilar que tantos sucesos hayan ocurrido en tan corto tiempo alrededor del Che Guevara y la pequeña isla de Cuba.

Mario Terán, el militar que se ofreció voluntariamente para disparar contra el Che el 9 de octubre de 1967, recuperó la vista gracias una operación de cataratas que médicos cubanos destacados en Bolivia le practicaron en 2007 (40 años después de la muerte de Guevara) cuando acudió al centro oftalmológico de Santa Cruz, Bolivia, sin que la médica en jefe supiera que el hombre a quien su equipo sanó, era el ejecutor del Che.

  • Título: Che Guevara: una vida revolucionaria
  • Autor: Jon Lee Anderson
  • Editorial: Anagrama, 2016, España
  • Traductores: Daniel Zadunaisky y Susana Pellicer Thoma
  • ISBN-13: 978-8433973870

Comunicador, migrante digital y lector www.about.me/NaborGarrido / libros@naborgarrido.mx