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Aunque Andrés Manuel López Obrador no aparezca en la boleta electoral de 2021, los resultados de su gobierno serán de gran ayuda para que Morena sea electoralmente competitivo.
Así lo visualiza Bertha Luján Uranga, una de las mujeres que han estado al lado de López Obrador, primero como contralora del Gobierno del entonces Distrito Federal, y ahora, 19 años después, como presidenta del Consejo Nacional de Morena y candidata a presidir este partido que hace un año llevó al tabasqueño al poder.
En entrevista con ejecentral, la política y contadora admite que su posible llegada a la presidencia de Morena significaría el regreso a los principios del partido.
Pese a que sus hijas, Luisa María y Betha Alcalde, trabajan en el gobierno federal —una como secretaria del Trabajo y otra como secretaria ejecutiva adjunta del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública—, Bertha Luján expone que no habría ningún conflicto de interés en caso de que presida Morena.
El diagnóstico que obtuvo tras recorrer 15 estados del país fue que el partido cojea a nivel municipal y estatal: no hay asambleas municipales y los comités de base poco operan. El plan es rehabilitarlos.
Uno de los retos, sostiene, es reinventar dentro de los próximos cinco años un partido sin Andrés Manuel López Obrador, su líder histórico. Y a la vuelta de la esquina tienen dos grandes exámenes, las elecciones locales de 2020 en Coahuila e Hidalgo donde se elegirán sus congresos y ayuntamientos y la de 2021 donde se renovará la Cámara de Diputados y elegirán 13 gubernaturas. La idea, señala, es avanzar, gobernar más territorio.
El escritor Paco Ignacio Taibo II declaró: “Morena se convirtió en un partido blandengue, electoralista y buscachambas”. ¿Coincide con esta impresión?
—No coincido. He visitado alrededor de 15 estados en la República, diferentes municipios y lo que encuentro es un Morena muy de base, muy militante que está planteando una mayor participación por parte de la militancia, que plantea dudas, incluso, quejas respecto a algunas personas que están ahorita o en las legislaturas locales o en posiciones en los gobiernos municipales, en fin, lo que denota que hay que ir afinando la puntería y que hay que lograr procesos cada vez más auténticos de elección o de selección de candidaturas.
En 2016, dos años después del surgimiento de Morena como partido político, Bertha Luján se desempeñó como Diputada en la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México que le daría vida a la Primera Constitución Política de la Ciudad.
Agrega: “Hay también cierta desorganización. Es cierto que el partido vino trabajando para ganar la elección del 18 y se dejó un poco a un lado la atención a la estructura de Morena. Por otro lado, varios o muchos dirigentes de Morena de distintos niveles están participando en los gobiernos, no sólo del federal”.
Morena actualmente gobierna poco más de 300 municipios y siete estados del país. Mantiene la mayoría en 19 legislaturas locales, así como en el Congreso de la Unión, enumera Bertha Luján. Ser la primera fuerza política del país dejó huecos en la estructura del partido.
“No tenemos organización municipal. Los comités de base que son la parte más importante de la estructura organizativa de Morena están también como en un impasse. La parte de organización estatal y nacional están también cojas, o sea, trabajan con alguna tercera parte de sus miembros”.
Lo urgente, señala, es que inicie el nuevo proceso de elección y con ello Morena regrese a sus orígenes y se convierta, añade Luján, en la organización política más importante del país.
¿Que el presidente Andrés Manuel haya dejado Morena para concentrarse en asuntos de Estado, dejó un vacío dentro del partido del cual no se ha podido recomponer?
—Es evidente que el liderazgo de Andrés Manuel es fundamental, creo que el gobierno federal es una guía, va a ser un apoyo, aunque indirecto muy importante para el futuro inmediato de Morena, porque finalmente en el 21 o en el 24, o en el 20, en la elección donde él ya no aparezca en la boleta, ni apoyando de ninguna forma, esto nos lleva a enfrentar un gran reto, que es ganar la elección; sin embargo sus resultados a nivel gobierno van a ser un soporte y un apoyo muy importante para Morena.
“Hay tres elementos para el triunfo de 2018: el liderazgo de Andrés Manuel, el hartazgo de la gente y la organización de Morena. Porque Morena tuvo una estructura de defensa del voto muy importante”. Bertha Luján, aspirante a la dirigencia nacional de Morena
El próximo 20 de agosto iniciará el proceso de elección interna en Morena. Ese día se publicarán las convocatorias para que en septiembre, octubre y noviembre se desarrolle la contienda. El proceso será el siguiente: en septiembre realizarán 300 asambleas distritales en todo el país para elegir
a 10 delegados en cada asamblea: cinco varones y cinco mujeres.
Y estos delegados que representan al territorio distrital, serán los consejeros que a nivel estatal nombrarán a la dirección estatal. A la vez, estos tres mil
delegados elegirán en el Congreso Nacional de Morena, proyectado para el 20 de noviembre, al Consejo Nacional y al Comité Ejecutivo Nacional. Además de que definirán la línea política y su plan de trabajo trianual.
“Entonces este proceso de elección nos va a llevar precisamente a reorganizarnos, a llenar los huecos que tenemos y a posibilitar que con nuestra organización las cosas puedan salir hacia adelante”, puntualizó Bertha Luján.
¿Cómo institucionalizar un partido sin el riesgo de que se pierda el movimiento?
—Recuperar institucionalidad quiere decir, tener los órganos de dirección y de organización completos, y que cada uno de estos órganos o instancias cumplan con su función. El movimiento puede ser el espacio en donde nos reunamos Morena con sociedad civil, con las organizaciones sociales, los sindicatos democráticos, los campesinos, para trabajar por la Cuarta Transformación.
Añade: “El movimiento lo necesitamos porque tenemos que sumar a todos los que están con el proyecto, a todos los 30 millones que votaron por Andrés Manuel y más a los que se vengan sumando en el camino para estar todos en la misma dinámica de apoyar al gobierno federal, de apoyar sobre todo, los cambios que se han venido dando y que se van a dar con mayor fuerza en los próximos años.
¿Institucionalizar al partido significa modificar los estatutos?
—No, no necesariamente. Creo que en un principio con los estatutos que tenemos basta. Es una posibilidad las reformas para adaptarnos a la nueva condición, tal vez, éramos partido de oposición, hoy somos partido en el gobierno, pero creo que lo fundamental en el estatuto de Morena debe conservarse. No le veo ningún problema.
¿Qué pide la militancia de Morena?
—Ser escuchada, ser informada. Por ejemplo, no hay asambleas municipales, los comités de base poco funcionan, hay que rehabilitarlos, volver a ellos. El trabajo de formación política que ahorita es una de las cuestiones fundamentales en el partido, está como en un impasse y necesitamos darle toda la fuerza que requiere el momento. No sólo para formar y capacitar a los jóvenes o a la militancia, sino a las distintas personas, que hoy están en cargos de representación o que forman parte de los gobiernos”.
›A pesar de que el Instituto de Formación Política (IFP) es un organismo importante para la formación de cuadros dentro de Morena, aún queda pendiente la composición de su Consejo Interno y no se ha nombrado a la Comisión de Coordinación, lo que para Rafael Barajas, El Fisgón, presidente del IFP, constituye una traición de la cúpula de Morena.
¿Por qué la actual dirigencia ha olvidado fortalecer el Instituto de Formación Política? ¿Es falta de voluntad política?
—Son muchas tareas en un momento diferente que debe atender el Comité Nacional y al haberse reducido, estamos en un proceso de transición, porque la estructura debió haber cambiado el año pasado, o sea, el Congreso Nacional de elección debió haberse realizado en noviembre de 2018.
“Pero un Congreso Nacional Extraordinario en agosto decidió posponer a un año la elección de toda la estructura por la toma de posesión del gobierno federal, pensando que se podía traspasar una cosa con la otra, que era más conveniente políticamente hacerlo así. Entonces abrimos un proceso de transición, en donde los órganos como estaban pues han venido funcionando a medias, porque no están completos, pero hoy ya es urgente esta elección, esta reorganización de nuestro partido.
La diputada Tatiana Clouthier escribió que hay demasiado poder concentrado en su familia. ¿No existe conflicto de interés en que sus hijas trabajen en el gobierno federal?
—Yo no lo veo así. Creo que su comentario se ubica sobre todo en las formas como se ejercía el poder en décadas pasadas. Eso es lo del pasado. En este caso el nuevo gobierno plantea un nuevo paradigma en donde no exista este tipo de problemas, de nepotismo, etcétera.
“Si ella analiza la trayectoria de la familia, va a encontrar que cada uno por su trabajo ha venido construyendo el lugar en donde está. Vamos a encontrar que más que ambiciones políticas lo que hay son intereses de servir.
Yo tengo 50 años de militante, en el movimiento sindical independiente, en la lucha frente a la globalización, frente a los acuerdos comerciales, y ahora desde hace casi 20 años, pues en este trabajo de construcción del movimiento y luego del partido. Tengo mi carrera, mi historia personal, que no habla ni de ambiciones ni de nada por el estilo”.
Afirma que ella no intervino en el nombramiento de su hija Luisa María como secretaria del Trabajo. Sostiene que ella tiene su propia historia al frente de Morenaje, como diputada federal y en su trabajo político.
Morena gobierna más de 300 municipios, pero ¿cuál debe ser la meta para las elecciones de 2020 y 2021?
—Avanzar. No solamente no perder lo ganado, sino avanzar. O sea, gobernar más territorio porque tiene que ver con la Cuarta Transformación, en la medida de que haya la posibilidad de gobernar a más ciudadanos, pues las posibilidades de construir el cambio desde abajo, desde arriba
y en todos los niveles.
De no corregirse la ampliación del mandato en la gubernatura de Baja California, ¿Morena corre riesgo de perder en la elección de 2021?
—Hay que decir con claridad que quien aprobó esa ampliación fueron
los del PAN y el PRI. No fue Morena, ni el gobierno federal ni un Congreso con mayoría morenista; que el beneficiario sea un gobierno que viene de Morena, es otra cosa.
“Pero quien cometió la falta o el acierto, yo creo que fue falta, es el Congreso de Baja California y ahí es donde hay que pedir cuentas para no desviar la atención. Ahora resulta que toda la culpa es de Morena.
En redes se dice que Morena pasó de víctima a victimario. ¿La ley garrote le cobrará saldo a Morena?
—No conozco la iniciativa, salvo en los comentarios, pero lo que puedo decir al respecto es que para nada Morena pretende, ni en Tabasco ni en ningún lado, el criminalizar la protesta social, que eso no está en el objetivo de la Ley. Lo que está es poner un freno a la cantidad de grupos que extorsionan, que realizan delitos extorsionando a las empresas. Incluso a los trabajadores. El caso de los sindicatos de la CTM, que pululan allá, las mismas secciones del sindicato petrolero que se dedican a la extorsión. O das tanto o no te dejo hacer esta obra. Eso es una historia sabida, no es de ahora, viene de muy atrás y son grupos muy arraigados que están en esa línea de cobrar como derecho de piso por el hecho de que tienen fuerza y muchas décadas actuando así. Hay que poner un freno a esto, claro que sí, como hay que hacerlo en otras partes del país.
“Aquí en la Ciudad, por ejemplo, todo el gremio de la construcción, sobre todo en la CTM, son puros extorsionadores; en el momento que empieza una construcción llegan los del sindicato, los líderes y venden su placa. Aquí en la Ciudad de México debería haber ese tipo de ley que impida ese tipo de acciones”.
›Ahora, ”si la iniciativa de Tabasco que seguramente se va a abrir y discutir tiene alguna ranura por la cual se pueda criminalizar la protesta social, pues obviamente tendría que cambiar. El Presidente ha dicho claramente: ‘No vamos a sacar al Ejército ni a la policía para reprimir a los ciudadanos’. Simplemente les pedimos que no afecten a derechos de terceros, que no haya arbitrariedades, que no haya abusos de ese derecho”.
Le mencionaré estos nombres, ¿qué piensa de ellos?
Alejandro Rojas Díaz Durán.
—Equivocado. Sus juicios no me parecen correctos ni verdaderos. Esto de decir que la nomenclatura, que si hay 10 millones de afiliados a Morena, pues no es verdad.
Mario Delgado.
—Buen legislador.
Yeidckol Polevnsky.
—Hizo su papel en el proceso de elección del 18.
¿Usted qué representa para Morena en caso de llegar a la dirigencia?
—Yo represento, sin hacer alarde de nada, a la parte fundadora de Morena. A este grupo grande de personas que construyeron Morena, con el liderazgo del licenciado López Obrador, que desde 2005
salieron a la calle a defender la democracia, la justicia y que construyeron en todo el país, junto con la ciudadanía, el triunfo de 2018.
“Hay tres elementos para el triunfo de 2018: el liderazgo de Andrés Manuel, el hartazgo de la gente y la organización de Morena. Porque Morena finalmente tuvo una estructura de defensa del voto muy importante, de promoción del voto igual; entonces, yo formo parte de este grupo inicial, fundador, organizador de Morena desde sus inicios.
¿Es el regreso a los principios?
—Sí, claro.
¿Puede existir Morena sin Andrés Manuel?
—Tiene que haber un Morena sin Andrés Manuel, por lo menos estos seis años. Esperemos que después de estos seis años y ya que termine su mandato vuelva a acompañar a Morena en su construcción, porque tiene que ver con la transformación del país.