Manuel Merino asumió la presidencia de Perú este martes, una jornada marcada por protestas que dejaron una treintena de detenidos y varios heridos, y por una caída de más del 6% de la bolsa de Lima por temor a que el nuevo gobierno aplique medidas económicas populistas.
El centroderechista Merino, que era jefe del Parlamento que destituyó el lunes al popular mandatario Martín Vizcarra, fue investido por la mañana.
Este ingeniero agrónomo de formación, casi un desconocido para los peruanos, se convirtió así en el tercer presidente desde 2016, reflejo de la fragilidad institucional que ha caracterizado al país desde su independencia en 1821.
En Lima las manifestaciones tuvieron lugar en la zona central de la capital, donde fueron desplegados unos 600 policías que lanzaron bombas lacrimógenas para dispersar las protestas, dijo el general José Luis Cayas.
Varias personas resultaron heridas por perdigones disparados por los policías, según el portal de noticias IDL Reporteros, que no precisó la cantidad.
Tras ser investido, Merino, de 59 años, prometió “respetar el proceso electoral en marcha” y aseguró que “nadie puede cambiar la fecha de las elecciones convocadas el 11 de abril del año 2021".
Además, negó haber “comprado” votos para destituir a Vizcarra y prometió que dejará el mando el 28 de julio de 2021, día en que finaliza el actual periodo de gobierno.
Pero los mercados reaccionaron con temor a la llegada de Merino al poder, por miedo a que adopte medidas de corte populista, como algunas que ha impulsado el Congreso en los últimos meses, y termine la política de mantener los equilibrios macroeconómicos. Este martes la Bolsa de Lima cayó un 6,5%.
“Este Congreso ha venido adoptando leyes fuertemente nocivas en términos económicos”, afirmó el exministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, al explicar los recelos de los mercados.
Este martes la moneda peruana mostraba una depreciación cercana al 1% frente al dólar respecto al cierre del día anterior. Los bonos gubernamentales en dólares también cayeron.
Llamado de la CIDH
En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó a Perú a “que resuelva su actual crisis política en observancia a los estándares interamericanos sobre separación de los poderes, y el respeto al Estado de Derecho, y mediante la celebración de elecciones generales en la fecha programada” (abril 2021).
Merino, legislador por la región norteña de Tumbes, fronteriza con Ecuador, ha militado toda su vida en Acción Popular (centro-derecha), el partido que fundó el dos veces presidente Fernando Belaúnde (1963-1968 y 1980-1985).
El local de Acción Popular en la ciudad andina de Cusco fue apedreado este martes por manifestantes y líderes partidarios parecían divididos sobre la conveniencia de haber removido a Vizcarra en medio de la pandemia y la recesión económica.
Vizcarra, también de centro-derecha pero sin partido ni bancada legislativa, descartó resistir con recursos judiciales su destitución y se marchó el lunes en la noche del palacio de gobierno a su residencia particular.
El Congreso lo destituyó en la noche del lunes por “incapacidad moral” al cierre de un segundo juicio político en su contra en menos de dos meses, tras denuncias de que había recibido sobornos cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua en 2014, cargos que él niega.
Vizcarra cuestionó este martes la “legalidad y legitimidad” de su sucesor y dijo que retomará sus actividades de ingeniero y empresario de la construcción.
“Tengo preocupación, como la tienen muchos peruanos, porque una autoridad para poder ejercer su autoridad necesita dos principios y condiciones básicas: legalidad y legitimidad”, dijo Vizcarra a periodistas.
“Me voy con la conciencia tranquila y el deber cumplido”, había dicho el lunes el expresidente, quien gozó de niveles récord de popularidad en sus 32 meses de gobierno.
La moción de destitución fue aprobada por 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones, superando ampliamente los 87 votos necesarios.
“Incertidumbre”
El juicio político a Vizcarra fue una suerte de repetición -pero con final diferente- de otro proceso de destitución del que había salido airoso el 18 de septiembre.
Vizcarra tuvo un destino similar al de su predecesor, Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), quien no pudo completar su mandato al verse forzado a dimitir por presiones del Parlamento.
“Perú sale más debilitado institucionalmente. Merino será un presidente débil, ese es el escenario en un contexto de elecciones generales [en abril de 2021] con pandemia”, dijo a la AFP el analista político Augusto Álvarez Rodrich.
“Esto es un hecho político que abre puertas a una situación de incertidumbre”, declaró por su lado el analista Fernando Tuesta al canal público TV Perú.
“Es una situación claramente preocupante por decir lo menos”, agregó.
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, afirmó que al Congreso le faltó “sentido de la proporción” al remover a Vizcarra, lo que es “algo muy grave”.