Justo al frente de la pirámide principal donde cientos de turistas se cargaron de energía el pasado equinoccio de primavera, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron cuatro restos humanos en tumbas, que se presume eran ceremoniales, lo que aumenta a ocho los entierros hallados en la zona arqueológica de Teocaltitán, Jalisco.
Tras el abandono de las excavaciones por culpa de la pandemia de Covid-19, el equipo liderado por Marisol Montejano Esquivias ha desenterrado restos en diferentes puntos de la zona arqueológica.
El primero fue un bebé en posición fetal hallado en el lado oriente de la pirámide dentro de una fosa cubierta con una laja de piedra. El esqueleto mostró que lo habían acomodado así postmortem en algún momento antes del 1100 antes de Cristo.
Después hallaron en el suroeste del altar los restos de un adulto acompañado de una vasija, estos restos son más antiguos que los del bebé, ya que se catalogaron antes del 900.
Dado el hallazgo, se tuvo que excavar una de las puntas de la pirámide y se descubrió que el altar central tiene tres monumentos que lo conforman.
En la parte de atrás de la pirámide, se hallaron los otros dos restos humanos, uno que aún se está excavando y el otro se reportó muy deteriorado por el entierro.
Previamente, se había encontrado los restos de un cráneo con aretes que datan del año 900. En Teocaltitan, los investigadores estudian las costumbres funerarias y religiosas de la época prehispánica.
BG
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