Una proporción importante de los pacientes de Covid-19 experimenta síntomas neurológicos, como mareos, dolor de cabeza, náuseas, pérdida de concentración y, en ocasiones, también les quedan secuelas una vez que se han librado de la infección.
Sin embargo, aún hay mucha incertidumbre en cuanto a cómo el coronavirus afecta a las células del sistema nervioso central; de hecho, ni siquiera está claro en qué medida las provoca, pues las estimaciones de las afectaciones oscilan entre 30 y 80% de los pacientes.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Temple y publicado en la revista Neurobiology of Disease, da una primera luz sobre qué es lo que podría estar sucediendo.
De acuerdo con los autores, las proteínas espiga (S), las que permiten al SARS-CoV-2 entrar a las células que tienen el receptor ACE-2, provocan también respuestas inflamatorias y “fugas” en la barrera hematoencefálica, que es la que separa la circulación sanguínea del sistema nervioso central (SNC).
La barrera hematoencefálica, que impide la entrada de sustancias y microorganismos peligrosos al SNC, es un sistema de protección muy importante para un conjunto de órganos delicados, en especial el cerebro, que no pueden permitirse la defensa inmunológica por inflamación que ocurre en el resto del organismo.
En sus análisis, el equipo científico encontró que ACE-2 se expresa en todos los vasos sanguíneos de la corteza frontal del cerebro y aumenta significativamente en la vasculatura cerebral de personas con antecedentes de hipertensión o demencia.
Los investigadores destacan que descubrieron, en células en cultivo, que una parte de la proteína S que no se une a ACE-2 provoca cambios que pueden disminuir la integridad, la permeabilidad y la función de la barrera hematoencefálica. “Esto es importante porque… significa que podría producirse una ruptura de la barrera hematoencefálica de forma independiente de la ACE-2”, explicó la becaria postdoctoral y coautora del informe Tetyana P. Buzhdygan a la agencia EurekAlert.