Con la publicación, el viernes, de un estudio científico sobre la diversidad genómica afroamericana se ha descubierto que 82,1% de los antepasados de los afroamericanos vivía en África antes de la llegada de los viajes transatlánticos, 16,7% en Europa, y el 1,2% en las Américas.
De acuerdo a un reportaje con el que New York Times presenta un análisis del documento “La gran migración y la diversidad genómica afroamericana”, en el que se explica que, con base en tres estudios médicos separados aplicado a un total de tres mil 726 afroamericanos de todo Estados Unidos, los científicos revelan que “hay señales de que la migración llevó a sus descendientes a distancia de la opresión (...) Encontraron muy fuertes conexiones genéticas entre los afroamericanos en el sur profundo y las del noreste y medio oeste”, descubrieron.
La importancia de este hallazgo no es sólo histórico, sino que tiene una enorme relevancia médica, se afirma en la nota.
El Dr. Burchard de U.C. San Francisco, dijo que la genética de los afroamericanos también podría conducir a descubrimientos que beneficiarían a todas las personas, independientemente de su raza. Los científicos encontraron una rara mutación genética en una mujer afroamericana, por ejemplo, que bajó los niveles de colesterol. Este descubrimiento condujo a un fármaco prometedor para la enfermedad cardíaca.
Los científicos llegaron a la conclusión de que la mayor parte de la mezcla entre los africanos y los nativos americanos tuvo lugar poco después de que los primeros esclavos llegaran a las colonias, a principios de 1600.
Por otro lado, el ADN Europea en los afroamericanos se produce en trozos ligeramente más largo, lo que indica un origen más reciente, por lo que se estima que data de su introducción en las décadas anteriores a la Guerra Civil. Los científicos dieron un poco de atención al cromosoma X, en particular, debido a su papel en la determinación del sexo. Uno de los cromosomas X se hereda de madres; padres pueden contribuir con una Y o X.