Tras la muerte de dos empleados de un McDonalds ubicado en Lima, Perú, se aprobaron una serie de medidas que obligan al cierre temporal de una empresa o establecimiento en donde se haya suscitado un accidente de trabajo.
El motivo por el que estas acciones fueron emprendidas fue debido a que la administración del restaurante de comida rápida intentó cambiar la versión de los hechos y, para que eso sucediera, impidió la entrada de los servicios de emergencia al lugar tras el aviso del hallazgo del cuerpo de los dos jóvenes empleados.
Con antelación, un empleado denunció que en ese restaurante lo obligaban a laborar en un ambiente inseguro, por lo que fue despedido. El pasado 17 de diciembre, los jóvenes Carlos Campos y Alexandra Porras murieron cuando limpiaban las instalaciones de dicho lugar a causa de una descarga eléctrica.
La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) determinó recientemente que el restaurante de la famosa cadena de comida cometió “muy graves infracciones” en términos de seguridad y salud laboral.
La ministra de Trabajo, Sylvia Cáceres indicó que como parte de las sanciones temporales a al local, se cerrará entre 10 y 20 días para poder realizar la investigación y 30 días más para deslindar responsabilidades, lo que conlleva una sanción económica. Hasta ahora, se habla de una multa de 254 mil dólares para la empresa Arcos Dorados, empresa que maneja las cadenas de McDonalds en Perú.
Tras el accidente, Arcos Dorados dijo que en señal de luto por la muerte de los jóvenes de 18 y 19 años, cerraría todos los restaurantes del país por un lapso de dos días. CJG