Las reuniones de primavera boreal del FMI y el Banco Mundial (BM) comenzarán el jueves, luego de la publicación el martes de las previsiones de crecimiento económico mundial, en medio de múltiples crisis y una economía bajo presión.
El informe de previsiones (WEO) dará el puntapié inicial a las reuniones en la sede de los dos organismos en Washington, pero la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, ya dio una idea de los números que se dibujan en el horizonte, con un crecimiento económico mundial por debajo de 3% para este año.
No hay sorpresa: ya en la última actualización de perspectivas, en enero, el FMI preveía un crecimiento de 2.9%.
Pero se trata de los pronósticos a más largo plazo que se muestran más negativos: el FMI prevé que el crecimiento económico mundial no supere una media anual de 3% hasta 2028. Se trata de “nuestra perspectiva más débil a mediano plazo desde 1990".
A fines de marzo, el Banco Mundial se había mostrado incluso más pesimista, previendo una expansión de actividad de 2.2% anual en promedio hasta 2030, la década más débil en más de 40 años.
Se trata de una desaceleración importante cuando mundo enfrenta una serie de desafíos sin precedentes, entre las consecuencias del calentamiento global, los riesgos de fragmentación del comercio mundial por razones geopolíticas y la eventualidad de una crisis de deuda generalizada.
Para enfrentar estos desafíos, muchos países -entre ellos la mayor potencia mundial, Estados Unidos-, reclaman una reforma de las instituciones financieras internacionales (IFI)
En una entrevista con la AFP, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, recordó que “desea una reforma de los cometidos” de estos organismos, en particular del Banco Mundial y sus filiales, para agregar el fomento de “la resiliencia ante el cambio climático, las pandemias y los conflictos como misiones centrales”.
“Deseamos realizar otras reformas durante el resto del año. Eso será parte de las conversaciones durante las próximas reuniones del FMI así como de las reuniones anuales del FMI y el BM en Marruecos”, en octubre próximo, añadió Yellen.
Más países vulnerables
Esta evolución debería comenzar por los bancos regionales de inversión y el propio BM, bajo la dirección de su próximo presidente, que será seguramente el candidato estadounidense Ajay Banga, el único postulante.
Se trata de cambios que tendrían que ocurrir rápidamente: la transición ecológica de los países emergentes y de bajos ingresos requiere como mínimo 1 billón de dólares por año, sostuvo Kristalina Georgieva, una suma de la que las IFI no disponen hoy para distribuir.
Será necesario que “nuestros miembros más ricos ayuden a llenar los faltantes” en materia de recolección de fondos, insistió. Banga quiere involucrar al sector privado si llega a dirigir el BM.
Durante las reuniones de primavera boreal estará presente además el tema de las recientes turbulencias del sector bancario y el riesgo de desestabilización del sector financiero si la lucha contra la inflación llevara a los bancos centrales a subir aún más sus tasas de interés.
Bajar la inflación es la prioridad, insistió el jueves Georgieva, pero los bancos centrales “deben hacer más para garantizar la estabilidad financiera”.
El alza constante de tipos de interés pone a los países de bajos más cerca del riesgo de una crisis de deuda. Ya es el caso para 15% de ellos, sostuvo la titular del FMI, y otro 40% podría tener este problema. MAAZ
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