¡Qué les cuento! Que un grupo de empleados del Banco del Bienestar me buscaron para hacer públicos los abusos que se vienen cometiendo en el mejor llamado Banco del Malestar.
Denuncian desde tráfico de influencias en complicidad con el director, subdirectoras y altos cargos. Hoy en día las cabezas de los trabajadores siguen cayendo violándoles sus derechos laborales; el personal contratado sin mayor conocimiento es nombrado con cargos administrativos, por contar con familiares, amigos o compadres, léase por nepotismo.
Bajo amenaza de despido, se ven obligados a trabajar más allá del horario laboral estipulado en el contrato. El sistema de checar entrada es de 8:45 am a 8:55 am, y el de salida es de 4:45 pm a 5:30. Después de este horario ya no se les permite checar. Así pues, si salen 8 o 10 pm el sistema no les permite checar, con lo cual el banco evita pagarles las horas extras y ellos se quedan sin pruebas.
El reparto de utilidades tal como lo marca la Ley Federal del Trabajo es una utopía para los empleados del banco hoy dirigido por Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, desde que llegó la 4T y no eran cacahuates, ¡eh! Las utilidades ascendieron a más o menos 800 millones de pesos en el ejercicio de 2022. ¡Así como lo están leyendo!
Y ya ni para qué decir esta boca es mía de Luisa Alcalde, quien por poner su bonita cara fue premiada en Gobernación sin tener, vamos, ni el 10 % de experiencia que la 4T pedía. Bueno, y no está por demás comentarles que, haciendo gala de que ellos son diferentes… ok, no, siete miembros de su familia trabajan en el gobierno. ¿No que con ellos ya no habría nepotismo?
Antes, cuando era Bansefi, contrataban personal bajo el esquema de exámenes, pero eso quedó en el olvido. Por ejemplo, en Hidalgo acaban de nombrar coordinadora del estado a Alejandra Gabriela Merino Morales, quien no tiene ni los conocimientos y sin la aplicación del examen correspondiente. Pero sí tiene familiares, sí, cínicamente, va presumiendo que un familiar fue quien le consiguió el empleo y la colocó ahí, por esta razón nadie la puede tocar.
Ah y cómo dejar de mencionar que despidieron al otro coordinador con más de 20 años de trabajo y conocimientos.
Gran parte del complot formado en el banco del mal llamado Bienestar está formado por quienes eran parte del equipo de ayudantía del presidente. Jessica Alejandra Solano Hernández es la directora a quien acusan de estar constantemente violándoles sus derechos. Así como sus subordinados María Verónica Rúales Carranza y María de los Ángeles Pérez Fraga, de donde se desprende el autoritarismo en complicidad con las o los llamados recursos humanos.
Queremos, me dicen, que se les reconozcan sus derechos laborales como lo marca la Ley Federal del Trabajo. Y se hacen las siguientes preguntas:
“¿Sabrá o no el señor Presidente cómo nos están explotando?
“La mayoría de los empleados, por miedo a perder su empleo y represalias, callan o levantan la voz en el anonimato.
“Él dijo que no habría dedazos y que todo iba a ser transparente. Porque hoy en día siguen puras anomalías que no se le dan a conocer.
“No contamos con la economía suficiente como para pagar desplegados, pero necesitamos ser escuchados. Necesitamos que el Presidente sepa lo que nos está pasando.
“Esto que hoy se escribe es la realidad y lo que se vive en el Banco del Bienestar.
“Gracias.
“Atte. Servidores públicos del Banco del Bienestar con años de trabajo al servició de la nación. Por obvias razones y represalias omitimos nuestros nombres”.