Venta de niñas, el delito justificado en costumbres

22 de Noviembre de 2024

Venta de niñas, el delito justificado en costumbres

lourdes_mendoza

No hay peor ciego que el que no quiere ver. La venta de niñas y mujeres es un ilícito que se escuda en los usos y costumbres de pueblos indígenas y eso no puede permitirse por nadie, ni por la sociedad ni por los gobiernos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que esta práctica no es regla, es excepción. Él ha visitado Cochoapa, Guerrero. Hay videos de su visita en 2008 a ese municipio donde 98% de los matrimonios son forzados, acordados por los padres de los contrayentes a cambio de dinero o bienes. Ahí, la práctica no es excepción, es regla.

La cifra la da quien conoce del tema, me refiero al excandidato a gobernador de Guerrero y hoy senador, Manuel Añorve, quien presentó una iniciativa para erradicar cualquier práctica, basada en tradiciones, usos o costumbres que tenga como resultado la venta de niñas para contraer matrimonios forzados o cualquier otra actividad denigrante o ilícita.

Añorve asegura que su iniciativa no es ninguna campaña en contra de nadie, ni siquiera de las comunidades indígenas; es a favor de los derechos humanos. El priísta está decidido a tocar las puertas en Morena para que se sumen a la iniciativa y se apruebe cuanto antes.

Y nos aporta datos escalofriantes: en México casi 300 mil niñas y niños se han visto obligados a contraer matrimonio, la mayoría de ellos vendidos a una pareja mayor; 68% de las mujeres indígenas contrajo matrimonio entre los nueve y los 19 años; Guerrero ocupa el primer lugar a nivel nacional en matrimonios infantiles forzados justificados en las costumbres…

“Esto ha provocado casos indignantes, como el de Angélica, quien, a los 11 años de edad fue vendida para un matrimonio infantil forzado, por 120 mil pesos. Sin embargo, al vivir en casa de sus suegros comenzó a recibir acoso del padre de su esposo, quien incluso intentó violarla en cuatro ocasiones, por lo que a los 15 años de edad huyó, sólo para ser encarcelada por la policía comunitaria, junto con su abuela y sus tres hermanas pequeñas”, relató.

Seguro al leer, ustedes también sintieron impotencia e indignación. Casos como el de Angélica proliferan en algunas comunidades donde el matrimonio forzado es la regla, no la excepción.

Tendremos los ojos bien puestos en los legisladores para ver quiénes se oponen y quiénes apoyan esta iniciativa de reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia o cualquier iniciativa que tenga el mismo fin.

Héctor Astudillo terminó con su periodo como gobernador reconociendo que no cumplió con terminar con la venta de niñas en la montaña de Guerrero.

Ahora es tiempo de que la Torita, Evelyn Salgado, impida la violación a los derechos humanos de niñas y mujeres. La gobernadora dice que estos casos están entre sus prioridades. Veremos si es verdad; veremos si defiende a las mujeres, así como defendió a su padre de los señalamientos por presunta violación.

Mientras tanto, declaraciones como la de AMLO son desafortunadas: “Lo de la venta de las niñas, lo de la prostitución de niñas, no, no vengo a ver eso porque eso no es la regla, en las comunidades hay muchos valores culturales, morales, espirituales, eso puede ser la excepción, pero no es la regla ¿Qué acaso la prostitución está nomas con los pobres?”, dijo.

Pero, ojo, ¡eh!, porque la venta de mujeres no sólo ocurre en Guerrero, también en comunidades de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Puebla…

Vamos tarde, apenas en 2019 se prohibió el matrimonio infantil y hoy, la venta de niñas y mujeres ocurre en la cara de las autoridades cuando estas prácticas pueden esconder otros ilícitos como la trata de personas.

No son historias inventadas. Nadie duda de la riqueza de los pueblos indígenas, pero vender a las niñas es un delito, es un acto de barbarie. Solapar la ilegalidad se llama complicidad.

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