¿Superfarmacia o megabodega?

18 de Octubre de 2024

¿Superfarmacia o megabodega?

lourdes_mendoza

La propuesta del presidente López Obrador de crear una “superfarmacia” en la que se encontrarán todos los medicamentos del mundo para atender la salud de los mexicanos sigue generando una gran cantidad de preguntas, independientemente de que es un reconocimiento implícito de que no se ha corregido el tema del desabasto en el país desde que empezó este gobierno, por decir lo menos.

Café con piquete

Para abrir boca la primera pregunta es ¿cuánto va a costarnos a los mexicanos del presupuesto fiscal anual este proyecto? No sólo la compra o renta del terreno y el inmueble, sino también el mantenimiento de las instalaciones. ¿Cuántas de las más de mil claves de medicinas comprará el gobierno para mantenerlas en esta superfarmacia? Tampoco está claro si estas compras se realizaran a laboratorios que operan en México o se recurrirá una vez más a comprarlos del extranjero.

¡Ah! Y no es por querer ponerle más limón a la herida, pero en el costo también hay que considerar la distribución. Porque si algo aprendimos en estos años es que una cosa es la fabricación y otra es la distribución. Es decir, ¿cuanto costará enviar por vía terrestre o a aérea una medicina al interior del país y a zonas de difícil acceso?

Se ha dicho que lo hará Birmex, institución que por cierto goza de pésimo prestigio. ¿En serio Birmex está lista para enviar un medicamento en 24 horas a cualquier clínica del país? ¿O en lo oscurito echará mano de empresas privadas para lograr este ambicioso objetivo?

Y ya entrada literalmente en gastos, la siguiente gran pregunta es: ¿se trata de una superfarmacia o un megaalmacén? Lo digo porque si se trata de lo primero, esto implicaría que los pacientes puedan surtir sus recetas directamente en las instalaciones.

Porque si no es así, entonces hablamos de un megaalmacén, es decir, una gran bodega que deberá tener no sólo todo tipo de medicamentos, sino tecnología de punta para su conservación y temperatura.

No es por ser malpensada, pero no vaya a ser que los medicamentos caduquen o que por falta de planeación y seguridad los medicamentos tengan riesgo de robos, incendio u otro tipo de catástrofes y riesgos. No vaya a ser que un día amanezcamos con la noticia de que desaparecieron lotes de medicinas.

Y en medio de todo esto también me pregunto: ¿cuál será el criterio para la distribución de los medicamentos y quién será el gallo que tomará esa decisión? ¿Jorge Alcocer, secretario de Salud?

Disculpen la broma. Ya en serio no sabemos si se dará el mismo manejo a los pacientes con tratamientos estacionales, que a aquellos con enfermedades crónico degenerativas o terminales. Tampoco si serán gratuitos o pagados. O será como alguien me dijo. ¿El gobierno va a comprar y después recetar paracetamol, omeprazol, ibuprofeno o antibióticos fabricados en China, Rusia, Cuba o la India? ¡Qué miedo!

Porque muy seguramente para cumplir con la promesa presidencial, la Cofepris autorizará en fast track su ingreso a México.

Termino con una última reflexión. Espero que esté MUY bien sentado. Si se tratara de combustible, materias primas o hasta tornillos que se acumulan en un megaalmacén, no habría problema.

Pero estamos hablando de medicamentos que no pueden quedarse estáticos en un almacén. El éxito de una farmacia y ya no se diga del modelo de negocio que hay detrás, es movilizar el producto entre los pacientes, no tener un stock que corre el riesgo de caducar. Para que al final no sea ni para Dios ni para el diablo.

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