Morena ya no tiene autoridad moral para ir en contra del Instituto Nacional Electoral (INE). Con qué cara criticará al INE si el fin de semana pasado, el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador demostró prácticas antidemocráticas intolerables.
La quema de boletas, urnas embarazadas, riñas, reparto de despensas, acarreo, todo tipo de trampas electorales de la época neoliberal se presentaron en la reciente elección interna de Morena.
Sin duda, a Mario Delgado le hizo falta un baño portátil para esconderse ante tantos señalamientos de fraude que le achacaron los militantes.
He aquí la importancia de tener un árbitro imparcial, confiable y con experiencia:
1.- El INE ha llevado a cabo elecciones internas de partidos políticos como el PRI, el PRD y ¡Morena!… y se llevaron a cabo sin incidentes mayores. Morena, en cambio, en su elección interna fue juez y parte porque su Comisión Nacional Electoral palomeó a los candidatos, organizó la contienda y declarará a los ganadores, a sus congresistas nacionales.
2.- Morena pregona que en su elección participaron más menos tres millones de personas; un órgano experto como el INE organizó las elecciones presidenciales de 2018 con una participación histórica de 56.4 millones de mexicanos.
3.- Antes de los procesos electorales, el INE firma los convenios necesarios con autoridades de todos los niveles de gobierno para que actúen en caso de alguna incidencia o disturbio. Morena… bueno, digamos que confío ciegamente en el pueblo bueno y sabio.
4.- Un árbitro imparcial, como el INE, informa oportunamente de los incidentes en sus elecciones; Mario Delgado dio conferencia de prensa al día siguiente de cerrar las casillas.
5.- Un INE experto tiene un PREP confiable; en Morena no hay un PREP ni una app ni un software que presente resultados preliminares confiables el mismo día de la elección.
6.- El INE acepta observadores externos; Morena no acepta ni las críticas de sus mismos militantes.
Obvio que el INE es un organismo especialista en la organización de elecciones y Morena es un partido político, sí, sus funciones son muy diferentes, pero no se puede dejar de lado que ese partido es el que quiere desaparecer al actual árbitro electoral por considerarlo parcial y solapador de fraudes… ¡con qué autoridad moral!
Bien dijo Lorenzo Córdova en la Cámara de Diputados en noviembre del año pasado que la democracia se puede acabar si no la cuidamos y, de pasadita, recordó que antes había fraudes electorales porque las elecciones se decidían desde el poder ¿O no, Manuel Bartlett?
Si la reforma político-electoral de AMLO tenía alguna –muy remota— posibilidad de aprobarse, tras las elecciones de Morena ¡olvídenlo! No habrá un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) elegido por el pueblo que sustituya a nuestro INE.
“Al ver las sucias elecciones de Morena, queda claro que: si estos corruptos hicieran las elecciones mexicanas, se acaba el valor de tu voto. ¡Urge defender al INE!”, enfatizó la senadora del PAN, Kenia López Rabadán.
Muchos legisladores coincidieron con ella, incluso el grupo plural del Senado difundió un mensaje en el que consideró que Morena debía de pedirle perdón de rodillas al INE después de su “mugrero electoral”.
Ojo, todavía faltan los resultados oficiales, por ende, el mayor enfrentamiento entre militantes, ahora en tribunales. ¿Morena es el peor enemigo de Morena rumbo al 24?
Sin duda, los grandes perdedores de esta historia son Mario Delgado y Citlalli Hernández; el vencedor, aún sin haber tenido vela en el entierro, fue el INE. ¡Quihúboles!
