Que no les digan, que no les cuenten. Es mentira que se fortalezcan las finanzas del país con la desaparición de los órganos autónomos, por el contrario, el gobierno federal concentrará el poder, así que no es momento de mandar al diablo a las instituciones.
¡Aguas!, porque me dicen los legisladores que en febrero, al inicio del periodo ordinario de sesiones, esperan que AMLO envíe la iniciativa que desaparece a órganos autónomos. Esperan que la propuesta incluya al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En total, estos autónomos tienen un presupuesto para este año de 2 mil 838 millones de pesos, lo que representa sólo el 0.04% del gasto total del país ¡así como los están leyendo! Y qué les cuento, ninguna de las secretarías de Estado tiene un presupuesto más bajo que estos tres autónomos ¡juntos!
¿Se imaginan que Irma Eréndira Sandoval vigile que se cumplan las solicitudes de información? Seguramente tendrán su respuesta testada, pero en tres días, plazo comprometido por AMLO.
La desaparición del INAI ha acaparado la atención de propios y extraños. El organismo nos costará este año 905 millones de pesos, el 0.01% del Presupuesto de Egresos; pero lo importante, más allá del costo, es que gracias a la lucha que se dio por la transparencia se han destapado casos de corrupción.
El año pasado, por ejemplo, revelé las inconsistencias en las acciones del sector aeronáutico de la SCT y las mentiras que le seguían diciendo al Presidente con lo del aeropuerto en Santa Lucía y los contratos que el secretario Jiménez Espriú presumía que se hicieron con NavBlue para que, supuestamente, realizaran los estudios del espacio aéreo, y con la empresa Aeropuertos de París, quesque para el proyecto del nuevo aeropuerto.
Tras preguntarle dos veces a la SCT, Presidencia, Grupo Aeroportuario y el Seneam, que qué pasó con los contratos de NavBlue, me contestaron vía el INAI, que ellos no habían hecho los contratos. Fue la Sedena la que contrató a NavBlue y a Aeropuertos de París. O sea que los militares muy amablemente hicieron la tarea del encargado de Comunicaciones y Transportes. Y esto sólo es una probadita de lo que muchos periodistas han logrado gracias a la transparencia.
De ahí que escandalice la propuesta de AMLO, hasta la Cámara Internacional de Comercio criticó el intento de eliminar a los autónomos y afirmó que los ciudadanos y empresas tienen derecho a los contrapesos, a que se respete el Estado de Derecho y a que no impere el autoritarismo.
Lo que quiere AMLO es que el gobierno federal absorba las funciones de los autónomos. Ejemplo: el florero de Olga Sánchez Cordero se quedaría con las atribuciones de la CNDH. A todo esto, ¿dónde está Rosario Piedra? Queda claro que no está ayudando a las víctimas ni defendiendo la vida de la Comisión.
En fin, la batalla será en el Poder Legislativo. Al ser reforma constitucional, el Presidente necesita del apoyo de las dos terceras partes del Congreso.
¡Aguas de nuevo! Ahí les van los números: en diputados, AMLO necesita del voto de 334 legisladores para aprobar la iniciativa y Morena, PT, PES y PVEM tienen 333. En el Senado requiere 85 legisladores, y Morena y sus aliados tienen 76. El bloque del PAN, PRI, MC y PRD la tienen difícil, pero no imposible.
Ojo. Casualmente todos los organismos a los que AMLO llama floreros son reguladores y NO puede controlarlos. La senadora Patricia Mercado trae una buena propuesta: que López Obrador invite a la mañanera a los titulares del INAI, IFT y Cofece y ahí los cuestione. ¡Quiuboles!