LO BUENO:
¡Hay un INE que defender! Las autoridades electorales reiteraron que trabajan sin filias ni fobias políticas, que su sello es la legalidad a pesar de la campaña de desprestigio en su contra y que el conteo rápido demostró su efectividad y alta precisión, así que el modelo electoral sirve ¡y bien!
Por cierto, el INE llegó a las elecciones con 61% de confianza, de acuerdo con una encuesta de Alejandro Moreno publicada en El Financiero, una aprobación muy por arriba de la que tiene AMLO.
Y lo bueno para Va por México es que todos se dieron cuenta que o van juntos en el 2024 o no hay nada que hacer para derrotar a AMLO, perdón… a Morena.
En el PAN se vio la chamba de Santiago Creel como aglutinador de la alianza, siendo conciliador con personajes de otros partidos y un político de a pie y no de escritorio, y si no me creen pregúntenle a Tere Jiménez en Aguascalientes. Sin duda, Creel se impuso como factor fundamental dentro del blanquiazul.
Marko Cortés ha sido una fuerza interna en el PAN, a partir de ahora no tiene margen de error si quiere que haya “tiro para el 24”.
Es bueno para todos que los comicios se hayan desarrollado en paz, que hubo tranquilidad para que los electores salieran a votar y que los incidentes fueron mínimos.
LO MALO:
¡Imperó el abstencionismo! Ojo, cuando la gente sale a votar no gana el partido que está en el poder. Donde hubo más baja participación es donde ganó Morena. Ejemplos: Oaxaca, con participación ciudadana de 38.7%, y Quintana Roo, con 40.4%. El abstencionismo fue superior a 50% en las seis entidades con elecciones a gobernador.
Otra, como dice el analista político, Alfonso Zárate, hubo precariedad de nuestra democracia. Una muestra de la democracia es saber reconocer los resultados, incluso cuando se pierde, pero vimos una enorme incapacidad para reconocer resultados adversos.
Y malo, muy malo, es que durante todo el proceso electoral, funcionarios públicos, sin viso de bochorno o pena de la ética, participaron en actos de campaña para impulsar a los candidatos de Morena, ahí tienen el caso de la regenta Claudia Sheinbaum, quien, según, pidió que le descontaran los días que pasó en campaña.
Además, vimos a los siervos de la nación condicionando los programas sociales, eso no sólo es malo, sino ¡un delito! Lo malo para Morena es que ni así arrasó.
El exconsejero electoral, Luis Carlos Ugalde, dijo que la 4T creyó que los comicios iban a ser una luna de miel, pero el marcador fue 4 de 6. “Para Mario Delgado, Morena y AMLO, arrollar, arrasar, aplastar al adversario es parte de su lógica del juego”, así que un 4-6 es molesto y difícil de digerir.
LO FEO:
Aunque esta vez no fue tan grave, sigue presente e influye. Me refiero a la actuación del crimen organizado. Y aunque Adán Augusto hizo su chamba y la delincuencia participó más leve, aún hay focos rojos.
La elección de Tamaulipas se irá a tribunales. Ahí va a aplicar el voto por voto, casilla por casilla.
Feo, pero muy feo, es que gobernadores de oposición se hayan entregado al Presidente. Hagan sus apuestas ¿a quiénes veremos como embajadores o cónsules cuando terminen su administración? Empiezo: Omar Fayad.
He aquí la cereza del pastel: Los dos grandes perdedores de las elecciones…redoble de tambores… Alito Moreno y MC.
Con la derrota en Hidalgo y Oaxaca, el PRI lleva 15 gubernaturas perdidas al hilo. ¿Alito debe seguir al frente del PRI? Además, su secretaria general, Carolina Viggiano, perdió a pesar de que fue impuesta por él y por el coordinador del tricolor en San Lázaro y marido, Rubén Moreira.
Y MC… ¿Alguien vio a MC?, ¿no que solitos podían?
