La perversidad puede ser infinita cuando un político se ve amenazado y para muestra un botón: “Puebla”. Y es que el gobernador del estado ha mostrado su peor cara al caer en la cuenta que su estrategia para enfrentar la pandemia ha sido no hacer nada, y como los resultados de no hacer nada en este caso representan una cantidad muy importante de muertos (mil 560 hasta el cierre de esta edición), con total perversidad ha tratado por todas las vías posibles señalar a la industria automotriz para que la opinión pública crea que ellos son los culpables de su pésimo mandato ante la epidemia, en pocas palabras quiere usar a la Industria automotriz cómo chivo expiatorio ¡Quiúboles!
Lo bueno de esta historia es que nadie le cree, es evidente que el Gobierno del Estado ha dejado a las clases populares abandonadas a su suerte, mientras en sus conferencias mañaneras insiste en hacer un pacto comunitario para que nadie salga de casa, en las zonas populares de la zona conurbada del Estado de Puebla la gente se arremolina en los mercados y tianguis, se apachurra en el transporte público y vive una vida normal sin tomar precauciones. Son el tercer estado con más contagios.
Pero se preguntarán porqué el gobernador que en un principio decía que el Covid era una enfermedad de ricos ahora vive apanicado, y ya no suelta su cubre bocas N95 más que por órdenes presidenciales, ¿Será que ya se dio cuenta qué es muy rico? Pues no cualquiera puede comprar la casa del expresidente De la Madrid en Coyoacán. Incluso, Acosta Naranjo comentó que valía alrededor de 30 mdp. O ¿qué el mole de guajolote NO sirve como vacuna?
De lo que sí ya se dio cuenta, es que son precisamente los más desfavorecidos los que están enfermándose y muriendo todos los días, y en lugar de tomar una acción de gobierno para enfrentar como un buen mandatario el problema, ejecutar actos de gobierno para pedir ayuda médica e invertir en más pruebas que le permita mostrar a la población que el Virus es real y se tienen que cuidar, prefiere buscar quien pague los platos rotos de su evidente incompetencia y quiere hacer creer que la apertura de la industria automotriz en el estado es la culpable.
Sabe que él mismo es quien debió tomar con seriedad su cargo y evitar durante los meses de Sana Distancia acciones de mitigación real y no solo emitir declaraciones para el uso obligatorio del cubrebocas que nadie usa, implementar un Hoy No Circula que lo que provocó fue mayor aglomeración en el transporte público de por sí escaso en Puebla, o emitir un decreto que expresa que no hay condiciones para el reinicio de las operaciones de la Industria, que es más una pataleta de enojo en contra del gobierno federal
con el que existe una relación muy mala y que se hizo evidente en la reciente visita de AMLO en el estado.
Con decirles, que el presidente pasó junto a Barbosa y ni el saludo le dio, bueno, ni siquiera lo volteó a ver. Ojo, a mi me enseñaron que la educación NO esta peleada con los enojos.
Al final, a Barbosa le ha llegado la hora de enfrentar el desprecio de la gente que hoy sabe que no ha sabido gobernar y proteger a la gente y que sólo ha sabido deteriorar la imagen del Estado ante los inversionistas nacionales y extranjeros. ¡Así cómo lo están leyendo!
Porque mientras él gobierne nadie con su sano juicio invertiría un peso en Puebla, pues los inversionistas hoy se preguntan si así trata a Volkswagen que es la empresa que más riqueza genera en el estado, ¿cómo te tratará al resto?
Por cierto, le mando mis mejores deseos a Raciel López, secretario de Seguridad de Puebla, pues dio positivo al coronavirus y se encuentra muy delicado de salud.