Sí, pero privado de agua, de servicios, de interés, de naturaleza.
Les cuento que la pasada semana, los activistas de “Selvame del Tren”, biólogos y abogados, se dieron a la tarea de visitar el municipio de Calakmul para poder platicar con las comunidades y en especial con el CRIPX (Consejo Regional Indígena Popular de Xpujil). El objetivo era documentar las obras y la destrucción que deja a su paso el tramo 7 del Tren Maya y en particular el ilegal hotel/casino militar construido dentro de Calakmul, zona protegida por la UNESCO.
Se fueron de Chetumal a Calakmul en coche y lo primero que les llamó la atención fue la cantidad de camiones que entran y salen en las laterales de la carretera donde hay señalamientos que indican “Tren Maya Tramo 7 Frente 1” y ante las miradas amenazantes de los militares y conductores de camiones, lograron darse cuenta de que se trata de bancos de materiales.
Vaya por un fuerte, pero DOBLE. Es decir, a lo largo de toda la carretera en un promedio de cada 10 kilómetros existen bancos de materiales ILEGALES, que no están declarados en las MIAs, así mismo brechas para entrada y salida de camiones que también son ilegales. Para poder hacer dichos bancos de materiales y brechas tuvieron que despojar a la gente de sus tierras.
Lo que se convirtió en una historia de terror para los pobladores de Escárcega, pues hasta desaparecidos hay. ¡Así como lo están leyendo! Quienes defendieron sus tierras y entraron en pleito en la negociación con “compradores” de la empresa Barrientos y Asociados.
(Inhale y exhale)
Y esto no es lo peor, sino que los pobladores aseguran que el crimen organizado quiso participar en el proyecto como proveedor de material ¡Quiúboles! Declaraciones inquietantes, por decir lo menos ¿o no?
No obstante que la carretera es un desfiladero de camiones que entran y salen de los campamentos y patios de maniobra ilegales, al cruzar a Xpujil el tema se incrementa exponencialmente debido a que están construyendo un acueducto, ya que ésta zona NO TIENE AGUA y justo una de las “promesas del tren” para que fuera “aceptado” es que les darían agua.
Luego entonces, el daño a la selva se multiplica.
Al platicar con los locales, supieron que están molestos porque las obras para la estación se realizan frente a la prepa local.
(Otro fuerte DOBLE)
Y bueno si se siente indignado, espérese a seguir leyendo. Sin duda alguna, el tema más trágico es el HOTEL/CASINO de 140/160 habitaciones que se está construyendo la Sedena en la reserva de Calakmul, aunque lo nieguen.
En dicha zona NO puede haber ruido, ni actividad humana y menos vehículos de doble rodada, pero con la construcción podemos ver todo lo contrario y a 11 km de la zona arqueológica “concreto hidráulico”.
Obvio, como todo en la 4T, el hotelito de la Sedena NO cuenta con el permiso de construcción (ese lo da el municipio), ni la MIA, vamos, ni con las medidas de mitigación.
Ah, y cómo dejar de comentarles que la construcción está junto a lo que era una “aguada”, es decir, una pequeña laguna artificial hecha por los MAYAS para captar agua de lluvia que ahora usa —o usaba— la fauna silvestre para beber. Sin embargo, esta aguada ha dejado de existir porque al sacar agua de ahí se les secó, dejando a la fauna sin qué beber.
Si usted alguna vez vio por la zona monos araña, aulladores, tucanes, etc. hoy eso es imposible.
Por no dejar y para terminar, déjenme darles otro dato relevante. Y es que la publicidad del gobierno dice que con el tren se movilizarán a miles de turistas a la zona arqueológica de Calakmul cuando la carga máxima diaria es de 400 personas. ¿Esto es mucho o poco? En épocas pico han recibido a mil personas y colapsaron; baños sin agua, gente con golpe de calor, edificios mayas saturados, vigilantes sin darse abasto.
Un desastre… ¿Cómo pueden dormir Rogelio “Jimmy” Pons y Javier May tras haber hecho tanto daño?
