Qué les cuento, que la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, que comanda Ernestina Godoy, aplica un doble rasero, pues casi al mismo tiempo que exigió acelerar el desafuero del experredista y contrincante político Mauricio Toledo, dejó en libertad al diputado Saúl Huerta. Sí, el que era legislador de Morena y fue señalado por intento de abuso sexual contra un joven de 15 años. ¡Así como lo están leyendo!
He aquí un ejemplo de que Godoy aplica la máxima juarista: “a los amigos justicia y gracia; a los enemigos, la justicia a secas”.
Resulta que la tarde del 20 de abril, la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados recibió el oficio 100.68/2021 firmado por la fiscal Ernestina Godoy, quien reclama que la Sección Instructora de San Lázaro dejó transcurrir más de 85 días sin concretar el juicio de procedencia (desafuero) contra el diputado federal Mauricio Toledo, quien era perredista, pero luego, con aquello de los acomodos políticos, se cambió a la bancada del PT.
En esa carta, Godoy hace un fuerte reclamo a los diputados, dice que el caso de Toledo es un asunto de “especial importancia para la procuración e impartición de justicia y combate efectivo a la corrupción”, pero la inacción de la Sección Instructora “ha provocado la persistencia de la impunidad en detrimento de la sociedad de la CDMX”. ¡Quihúboles!
Peeeero, ojo, un día después de que Godoy presentó ese escrito, la misma Fiscalía dejó en libertad al también legislador Saúl Huerta, quien fue capturado en flagrancia por elementos de la Secretaría de Seguridad capitalina en un hotel de paso, luego de que un joven lo señalara por presunto abuso sexual. El legislador, entonces cobijado por Morena, hizo valer su fuero, por eso fue liberado.
Con horas de diferencia, la Fiscalía envío un par de mensajes contradictorios respecto a la forma de procurar justicia en la capital.
Es evidente que en esta época electoral hay urgencia de las autoridades capitalinas por tener la cabeza de Toledo, a quien quieren detener por el presunto enriquecimiento ilícito de 14 millones de pesos.
Fue a principios del año y por instrucciones de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que Ernestina Godoy pidió el desafuero de Toledo, pues según las primeras indagatorias existían elementos suficientes para integrar una carpeta de investigación. Pero recuerden que Toledo es un añejo adversario político de la Sheinbaum, él primero militaba en el PRD y ella en Morena.
Mientras tanto, Saúl Huerta quedó en libertad inmediata porque era un aliado político. Incluso le alcanzó el tiempo para votar a favor de la reforma a la Ley de Hidrocarburos presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y fue por la presión social que Huerta perdió privilegios en Morena. Recuerden que su coordinador parlamentario, Ignacio Mier, primero lo justificó al decir que actuó fuera de “su función federal como diputado federal”. Ah, pero ante las pruebas contra el poblano, ni Mier, ni Godoy, ni Morena pudieron protegerlo, menos cuando apareció un segundo joven que también acusó a Huerta de abuso sexual y un audio del legislador intentando sobornar a la mamá de la víctima para que “no lo destruyera”.
Godoy solicitó el desafuero de Huerta, ahora veremos si también exige a los diputados que este tema se resuelva en fast track porque “es de especial importancia para la procuración de justicia”.
Mientras, en San Lázaro también siguen su propia agenda político-electoral, pues a Morena y al gobierno federal les urge el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, por la supuesta omisión de pago de impuestos de un departamento. ¿Así o más burdo? de hecho, a ese asunto sí le metieron el acelerador antes de que termine el periodo ordinario de sesiones, incluso este caso lo hicieron público cuando otros están reservados por 5 años. Sí, leyeron bien, por 5 años