Acapulco, blanco y rosa

18 de Enero de 2025

Acapulco, blanco y rosa

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De acuerdo con lo dicho por el empresario Antonio Cosío, el hotel Las Brisas estará en pie en un abrir y cerrar de ojos, tal cual lo había adelantado el presidente AMLO, en su mañanera.

No se puede separar a las brisas del ascenso de Acapulco hacia la fama internacional allá en los años 60, pero en lo individual, Las Brisas Acapulco, se ha convertido en un icono de la hotelería mundial. De hecho, apareció en el libro de Los 1000 lugares a donde ir antes de morir y ha formado parte de la “Lista Mundial de Oro de los Mejores Lugares para Hospedarse” de la revista Condé Nast Traveler.

Así pues, hoy les traigo la historia de este icónico hotel, no sólo porque recordar es volver a vivir, sino para seguirlos incitando a seguir apoyando a Acapulco.

En 1954 se abrió la Carretera Escénica y un soñador, de quien todos pensaban que era un loco romántico, se le ocurrió hacer de esta montaña un paraíso turístico.

Fue así como nace el hotel Las brisas en Acapulco, una verdadera leyenda viviente la cual cuenta ya con casi 60 años de lujo y glamour.

Ese soñador fue Don Juan March, quien compró los terrenos a Don Manuel Suárez para comenzar el Fraccionamiento del Monte, asociándose con otras personas, como Tomás Braniff y el arquitecto que diseñó y supervisó la construcción de las cabañas originales de la primera etapa y de las casas fue Jorge Madrigal.

Sin embargo, fue hasta que Carlos Trouyett le compró a Juan March, vp de Bank of America, Las Brisas cuando despegó el complejo hotelero.

El hotel fue inaugurado en un día muy significativo, el 12 de diciembre de 1957 y aunque era diciembre llovió entre las 11 y las 12 del día. Contaba con 80 habitaciones y 30 albercas, pero ninguna de éstas era privada. En aquel entonces ya existía el Restaurante Bella Vista y la Concha, la cual sólo tenía una alberca pequeña y tres palapas.

A principios de los años 70 surgió el concepto blanco y rosa, y fue hasta 1976 cuando se adicionaron 117 casitas y se estableció que todas contaran con alberca privada o compartida.

El aeropuerto internacional de Acapulco fue inaugurado en 1964, así pues, Acapulco y Las Brisas recibieron a personalidades como Aristóteles Onassis con Jacqueline, la reina Isabel II, Sean Connery, Liz Taylor, Frank Sinatra, Mario Moreno “Cantinflas”, Plácido Domingo, Madonna, John Travolta, Sylvester Stallone, que en verdad conforman una interminable lista, con decirle que fue en las Brisas donde los primeros astronautas que pisaron la luna pudieron descansar sin que nadie los molestara. ¡quiúboles!

O cómo dejar de mencionar que, cuando la hija del presidente Lyndon Johnson quiso ir de vacaciones a Acapulco, Las Brisas fue el lugar seleccionado, o como dejar de contarles que la realeza británica acudía para ir a las fiestas y vivir romances y que incluso el consulado británico estableció sus oficinas en el hotel.

No puedo terminar sin comentar que fue don Carlos Trouyet quien mandó construir la cruz de 42 metros de altura que hoy seguimos admirando en la cima de las brisas. La hizo en memoria de sus hijos mayores Carlos y Jorge, quienes fallecieron cuando el jet privado, que uno de ellos piloteaba, se estrelló cerca de las montañas de la Ciudad de México. La cruz tiene 45 metros de alto y está situada a 400 m. sobre el nivel del mar, simplemente impresionante.

Ah, y cómo dejar de recordar que en 1963, en la película Fun in Acapulco, protagonizada por el rey del rock, sí Elvis Presley, Úrsula Andreus y la talentosa actriz mexicana Elsa Cárdenas, Elvis en una escena sale tratando de negociar con el gerente del hotel mientras un niño estaba jugando, convirtiéndose dicha escena en una muy temprana muestra del product placement realizado por el encargado de las relaciones públicas de Las Brisas. ¡Así o más visionarios!