A quien se le está armando la gorda dentro del PRD, y podría ser una de las víctimas de la noche de los cuchillos largos que pronto vivirá ese partido, es al ahora senador Juan Zepeda. Resulta que ya le llaman “traidor”, pues dicen los que saben, que no sólo es porque en los últimos días se ha dado el lujo de hablar de refundación del partido o de su disolución, y no tiene la autoridad ni trayectoria perredista para hacerlo. Lo que más molesta internamente, aseguran, es que no ganó ni una sola de las casillas de su querido Nezahualcóyotl, en donde arrasó como candidato a la gubernatura tan sólo en 2017. No saben si trabajó por Morena o simplemente no trabajó, pero eso sí, se gastó el dinero asignado a su campaña. En las casillas de Neza debió ganar, ya de perdida en alguna, Ricardo Anaya, pero hubo una diferencia del doble y hasta de cuatro a uno a favor de Morena, de allí que lo consideren traidor. Lo único que pudo mantener en ese territorio que decían dominada fue la presidencia municipal.