Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha sido claro en qué información tenía supuestamente sobre un posible ataque a Palacio Nacional durante la marcha feminista del 8M, ha insistido vehementemente en la defensa de los agentes que vigilaban y cuidaban la residencia oficial, incluyendo los que utilizaron los inhibidores de drones, porque eran elementos de la policía militar, quienes lo resguardaron y le daban el parte de las acciones. Los bien informados aseguran que confía plenamente en ellos y en la información que proporcionaron durante las protestas, y por supuesto no puede exponer su trabajo a la menor duda, pero ahora le pasó el problema a su consentida la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, quien no operó la defensa de Palacio y tendrá que ver cómo sale bien librada.