El brutal asesinato de dos niños de origen Mazahua, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, no tuvo que ver con una venganza por droga o porque los menores estuvieran vinculados a La Unión, el grupo criminal que manda en el centro de la capital del país.
Sin embargo, ese grupo delictivo sí es responsable del atroz asesinato de Alan Yahir y Héctor Efraín, de 12 y 14 años respectivamente, cuyos cuerpos desmembrados, fueron encontrados la madrugada del 1 de Noviembre.
Detrás del doble homicidio -según han confirmado a este columnista, personas que viven bajo el yugo de La Unión y allegados a la investigación- está la disputa entre Héctor Efraín y uno de los hijos de los cabecillas de La Unión, por el amor de una joven.
Aun así es inexplicable la saña con la que los homicidas torturaron y privaron de la vida a los niños de origen mazahua en una vecindad de la calle República de Cuba.
De acuerdo a la información obtenida por este columnista, los responsables del doble homicidio serían “Dyney”, hijo de José David Herrera, alias “El Chayan”; sus primos “Yerson” y “El Pollo”, hijos de Edgar Herrera, alias “El Valentín”, así como Juan Manuel y Luis Miguel, “El Pollo”, hijastros de Omar Sánchez Oropeza, alias “El Gaznate”, quien fue ejecutado en mayo de 2018.
Todos son jóvenes que no superan los 20 años, y quienes “trabajan” bajo las órdenes de sus padres o familiares, quienes los involucraron en la extorsión, el cobro de piso y venta de droga.
El doble homicidio se habría cometido con la anuencia de “El Chayan”, quien está detenido y de su hermano “El Valentín”, ambos fueron dejados por “El Irving” como encargados de La Unión en el Centro Histórico.
Días antes de la desaparición de Alan Yahir y Héctor Efraín, algunos de los responsables del doble homicidio despojaron de una moto a Miguel Ángel Ocampo, “El Colibrí”, un impresor de Santo Domingo.
El 28 de octubre, en esa moto, uno de los homicidas se acercó a los menores y los invitó a subir. Como se conocían, los niños habrían aceptado abordar la moto.
Primero los habrían llevado a un inmueble en la calle de Belisario Domínguez, después a la vecindad en República de Cuba, donde los torturaron y asesinaron, con el consentimiento de “El Chayan” y “El Valentín”.
Los vecinos escucharon los gritos de los menores, pero por miedo, ninguno contó algo a la policía.
Las fuentes revelaron que los responsables del doble homicidio se dedicaron a quitar las hojas de la Alerta Ámber que había en las calles pidiendo ayuda para localizar a los dos menores.
Al darse cuenta que el caso generaba cada vez más indignación en los medios de comunicación y las redes sociales, los jóvenes que se apoderaron de la moto se la regresaron a su dueño a cambio de dinero.
Algunos de esos jóvenes se marcharon del centro, otros ahí continúan, confiados en que el miedo que han causado en esa zona de la ciudad y la impunidad que reina en nuestro país, les permitirán seguir en las calles.
Hasta ahora la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México no ha informado de los avances del caso, pero la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum ya ofreció una disculpa pública a los familiares de los dos menores por haberlos criminalizado. Esto, luego de que el 4 de noviembre pasado, la propia mandataria capitalina, dejara entrever que el doble homicidio podría tener relación con el narcomenudeo.
En este caso atroz salta a la vista que a pesar de que el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch declara una y otra vez que su “trabajo” de inteligencia ha logrado desmantelar al grupo delictivo de La Unión, este reacciona de una forma más violenta sembrando el terror en la capital del país, cómo nunca se había visto.
En Cortito: Cifras alarmantes son las que dio a conocer la organización civil Causa En Común sobre el asesinato de niñas y niños en México. De acuerdo con la organización que dirige María Elena Morera, en 300 días del presente año, se han contabilizado más de 320 actos atroces contra menores de edad. Las niñas y los niños, considera Causa en Común, están atrapados en los círculos viciosos de la violencia que estrangula al país. Son presas fáciles, a quien se asesina con toda impunidad.