El pasado lunes desde muy temprano el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, citó a su equipo más cercano en sus oficinas de avenida Juárez, en la Ciudad de México, con el fin de dar seguimiento a la votación en el Colegio Electoral y dar paso al reconocimiento oficial del gobierno de México al nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
En una reunión privada, el canciller y los diplomáticos de su más entera confianza discutieron cómo debería de darse este reconocimiento de parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, una vez que el Consejo Electoral de Estados Unidos informara sobre el triunfo del demócrata en las elecciones de noviembre pasado.
Marcelo Ebrard planteó que se necesitaba algo contundente pero discreto, que gustara al mandatario mexicano. En principio se habló de un mensaje a través de la cuenta de Twitter de López Obrador, que tiene más de siete millones de seguidores.
Sin embargo, el equipo diplomático mexicano optó por una carta concisa y al punto, sincera y al estilo del presidente de México, la cual comentan a este columnista algunos de los asistentes a esa reunión, sería apreciada así por la prensa, pero sobre todo por los mexicanos y el pueblo norteamericano.
En esa reunión se acordó que la existencia de la carta se diera a conocer hasta que se confirmara su recepción en Estados Unidos y serviría como una muestra de que existen canales de comunicación, además, de que el jefe del Ejecutivo quiso enviar una señal de respeto a Joe Biden.
Esa fue la tarea que realizó, hace unos días en Washington, Roberto Velasco, recién nombrado responsable de lo que era la Subsecretaría para América del Norte. A él correspondió abrir canales de comunicación con el equipo diplomático del presidente electo de Estados Unidos.
Para el propio secretario de Relaciones Exteriores y así como para su equipo es falso que la carta llegara tarde. Tan es así que salió antes de que el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, reconociera la victoria del que será el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Para los diplomáticos mexicanos la carta de reconocimiento llegó como había dicho el presidente López Obrador, en el momento en que se hizo oficial el triunfo de Joe Biden: cuando terminaran todas las impugnaciones y cuestionamientos de la elección.
Las fuentes de la Cancillería consideran que las comparaciones con la misiva al todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, son absurdas.
Era claro en ese momento que el reto de México con la administración de Trump era monumental; todo mundo vaticinaba una explosión. Y ahora nuestro país, se ubica en otro escenario, sin presiones del actual gobierno norteamericano.
En la carta el presidente López Obrador expone sus principios, que es su estilo, y pone sobre la mesa el tema de cooperación para el desarrollo, donde hay mayor coincidencia.
En Cortito: Nos cuentan que en el Gobierno de la Ciudad de México ya no sabe qué hacer para detener el número de contagios por la pandemia. Nos dicen que los llamados a diario que hacen tanto la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, y el presidente Andrés Manuel López Obrador para que la gente se quedé en casa no tienen buenos resultados; ya no los escuchan y los hospitales están saturados de enfermos y, lo peor, es que la cifra de muertos avanza. La discusión en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento se centra en cerrar las actividades productivas, lo que causaría otro duro golpe a la economía de la Ciudad de México y a quienes viven en ella. Vaya escenario que tiene que sortear Sheinbaum, quien cierra el 2020 con más claroscuros que aciertos en su gobierno.
Ante la irresponsabilidad de trabajadores de la Secretaría de Salud a cargo de Jorge Alcocer de celebrar una fiesta en medio de la emergencia sanitaria que se vive en la Ciudad de México, el presidente López Obrador debe pedir la renuncia del secretario de Salud, a final de cuentas no hace nada, más que causar lástima cada martes en las mañaneras. En nada ayuda ese tipo de indisciplinas cuando el gobierno federal y de la ciudad llaman a la población a no hacer fiestas, ellos deben ser los primeros en poner el ejemplo, ¿no cree señor secretario?