La inacción y soberbia que ha caracterizado no solo al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, sino también a cada uno de los integrantes de su gabinete se está convirtiendo en una olla exprés que está en un punto de explosión social.
Con la llegada del exfutbolista e ídolo nacional a la gubernatura, también vino el oasis delincuencial, ya que en el estado el crimen organizado opera con total impunidad, dañando no solo los bienes de los morelenses, sino también sus vidas.
En ese contexto se enmarca el feminicidio de la joven norteamericana Laura Yanet González, de 19 años, quien desapareció el 8 de abril al salir de su trabajo en el municipio de Tetecala y que fue encontrada muerta, ahí mismo, el pasado lunes.
El viacrucis que vivió la familia para que las autoridades tanto de la Comisión Estatal de Seguridad como de la Fiscalía General de Justicia del Estado para convencerlos de que la joven corría peligro, es claro reflejo, de lo inhumano con que se conducen los servidores públicos de Morelos.
No fue suficiente ver al padre de Laura Yanet pedir, no, casi suplicar de rodillas, que buscarán a su hija, pues corría peligro.
Ni tampoco les conmovió (a esos a los que los ciudadanos pagan su sueldo con sus impuestos) que este hombre de 43 años padece de una discapacidad visual para emprender la búsqueda.
Fue la presión social que los familiares y amigos hicieron en las redes sociales para que su grito de auxilio se escuchara en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco.
Las benditas redes, como diría el presidente Andrés Manuel López Obrador, hicieron de nueva cuenta su labor e inundaron la noticia sobre la desaparición de Laura Yanet, hasta que medios de comunicación como dominiopublico.com.mx empezaran a dar seguimiento a la denuncia.
Sin embargo, no fue suficiente ya que la joven que nació el 31 de julio de 2002 en Texas, Estados Unidos, fue encontrada sin vida en un lote baldío.
Al conocer la noticia, colectivos feministas, amigos y habitantes de otros municipios tomaron las calles principales de Tetecala para manifestar su indignación y coraje ante lo ocurrido.
Sobre todo, porque Laura Yanet apenas tenía cinco meses de estar en Morelos, ya que viajó de Estados Unidos a nuestro país para cuidar a su padre, quien se encuentra enfermo.
Así la forma de gobernar de Cuauhtémoc Blanco en Morelos donde, por cierto, en lo que va del año hay un registro de 28 muertes de mujeres, de las cuáles 10, son del mes de abril, incluyendo el feminicidio de esta joven de 19 años.
A esto, hay que sumar que, en la entidad morelense, según el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, hay un registro de 305 homicidios hasta el mes de abril, que la ubica como uno de los estados más violentos del país.
Pero, sobre todo, en donde la impunidad de los criminales es tal que pueden cometer un delito y andar como si nada en las calles.
No miento, basta ver un video que circula en redes sociales de cómo se movía el presunto feminicida de Evelin Afiune, otra joven que también mataron en Cuautla, cuyo asesino llevaba su cuerpo en un diablito.
El gobernador Cuauhtémoc Blanco no entiende, ni sus cercanos colaboradores le harán entender, que la gente de Morelos está harta de su inacción y falta de resultados, pero también de su soberbia y la de su séquito.
Si no hace un cambio de rumbo en su estrategia de seguridad, verá en carne propia el malestar de los morelenses en las calles para exigirle justicia y que se ponga a trabajar.
Los feminicidios de Laura Yanet y Evelin Afiune, son apenas un botón de muestra de la indignación que hay en la sociedad de Morelos, ya tomaron las calles para manifestar su repudió al gobernador, que desde que llegó al cargo en 2018, se ha dedicado a echar culpas a los demás y no asumir su propia responsabilidad de velar y brindar seguridad a los morelenses.
En Cortito: Nos cuentan que otro que no da buenos resultados a la ciudadanía, es el alcalde del Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado. A cien días de llegar a la alcaldía, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial del Estado, Antonio Sánchez Purón, reclamó que no hay avances ni estrategia en materia de seguridad pública. Los empresarios se quejan por los constantes asaltos y robo de mercancías, que sigue siendo uno de los principales problemas a los que se enfrentan todos los días.