¿A dónde vamos a parar?, diría el clásico ante los embates furibundos de los principales actores políticos, previo a las elecciones del próximo 6 de junio, las más grandes de América Latina, y cuyo arranque de campaña fue hace 24 horas.
El turbio panorama del país se enrarece cada día más por la presencia de una teoría conspiracionista, una incultura maniquea de uno y otro lado, similar a la que pregonaba el persa Manes, regida por el bien y el mal, dos principios creadores en permanente conflicto.
Si en esta precampaña ha estado a prueba la capacidad de asombro de la ciudadanía por las innumerables revelaciones de malos comportamientos, podredumbre y guerra sucia de partidarios de los candidatos oficiales y opositores, lo que nos espera para más allá del arranque de las campaña es de resultados inimaginables.
Y todo por esa tendencia reduccionista de los políticos de mostrarse como los buenos y, del otro lado, sentir que enfrentan a los malos.
En esta tesitura se enmarca la más reciente revelación del periodista Álvaro Delgado sobre la existencia de un grupo de empresarios y políticos que financia la plataforma de noticias Latinus, cuyos principales exponentes son Federico Madrazo Rojas y Alexis Nickin Gaxiola, hijo y yerno, respectivamente, del exdirigente nacional y excandidato presidencial del PRI, el tabasqueño Roberto Madrazo Pintado.
Colaboradores estelares de ese portal son Carlos Loret de Mola y Víctor Trujillo, acérrimos rivales del presidente Andrés Manuel López Obrador, de la denominada Cuarta Transformación y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuya característica fundamental es que no ven claroscuros en el gobierno de la 4T, ni en las acciones de Morena, para ellos todo son penumbras.
En esa investigación de Álvaro Delgado, difundida en el portal de noticias Sin Embargo, el periodista da a conocer que detrás de Latinus están también la exsubsecretaria, exotrora izquierdista radical, conversa al prianismo y hoy golpeadora furibunda de la 4T, Patricia Olamendi; su hijo, Miguel Alonso Olamendi, hijo a su vez del perredista y exdirigente magisterial, cercano a “los Chuchos”, Miguel Alonso Raya, y el secretario privado del gobernador de Michoacán, Sillvano Aureoles, Marco Antonio Estrada Castilleja.
Miguel Alonso Olamendi fue secretario particular del gobernador Silvano Aureoles, quien fue el primer invitado al programa de arranque de Latinus, señalado inicialmente por financiar a esa plataforma por el periodista Julio C. Roa, del medio informativo Regeneración, el 30 de septiembre de 2020.
Hoy, en su investigación periodística, Álvaro Delgado asegura que Latinus ha obtenido contratos del gobierno de Michoacán, pero que éste no lo ha declarado al fisco, “según investigaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)”.
Roberto Madrazo Pintado, rival político del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde su añeja contienda para la gubernatura de Tabasco, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, tan luego se dio a conocer la investigación de Álvaro Delgado, dijo no tener relación directa con Latinus y que más bien su hijo y su yerno son los que sí desarrollan sus actividades en esa plataforma.
Ayer Latinus dio a conocer un comunicado en el cual fijó su postura y negó que Roberto Madrazo, Silvano Aureoles, el gobierno de Michoacán y Patricia Olamendi tengan una relación con el medio.
Lo que vale la pena señalar es que el equipo de Latinus ha realizado investigaciones dignas de resaltar y nada hay de ilegal en que detrás de un medio de comunicación estén opositores del gobierno, al contrario abona a la rendición de cuentas y debería ser muestra de la pluralidad en la que aspiramos vivir.
Son cosas como las descritas o la guerra sucia entre los candidatos a los gobiernos de Nuevo Léon Clara Luz Flores, de la coalición Morena, PT, PVEM y PANAL, y Adrián de la Garza, de la alianza PRI-PRD; de Chihuahua Maru Campos, del PAN, y Juan Carlos Loera, de Morena, o lo sucedido en Guerrero, las que empañan el actual ambiente del país y crispan los ánimos entre la ciudadanía.
De ahí que cobre relevancia lo dicho por el popular músico, compositor latino, Marco Antonio Solís en una de sus más afamadas canciones:
“¿A dónde vamos a parar?
Con esta hiriente y absurda actitud
Démosle paso a la humildad…
¿Por qué ya no podemos hablar
sin una guerra empezar?
Y la queremos ganar.
Y la queremos ganar.
En Cortito: Nos cuentan que la Profeco, con Ricardo Sheffield o con Surit Berenice Romero Domínguez, duerme el sueño de los justos. No han podido con los excesos de los gasolineros, cuyos precios de los combustibles van rumbo a las nubes. Y ante su misma complacencia se manejan los vendedores de insumos para los dentistas, quienes confiaron a este columnista que los excesos de éstos son brutales que, por ejemplo, los guantes que usan para su desempeño costaban 110 pesos la caja y hoy la tienen que pagar a 660. ¿Eso está bien señora procuradora?
Uno de los gremios que ha más ha sufrido del desprecio del gobierno federal ha sido el de los dentistas, quienes además de estar expuestos al contagio del coronavirus, por obvias razones (trabajan con bocas abiertas) y ser bateados como prioridad para las vacunas por el zar anti-covid, Hugo López-Gatell y el florero de su jefe, Jorge Alcocer, ahora tienen que recibir el embate de los abusadores ante la complacencia de la Profeco.
Nos dicen que siguen los taxistas agresivos del Metro CU, más discretos, pero a la sorda queriéndose adueñar de la lateral del paradero del Metro, rumbo a Copilco. Los usuarios que a diario dejan o recogen a sus familiares en ese lugar, hacen un nuevo llamado a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a no permitir que los taxistas arrebaten ese espacio público.