En biodiversidad, no todas son malas noticias

6 de Enero de 2025

En biodiversidad, no todas son malas noticias

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Este año, el Día Internacional de la Diversidad Biológica se celebra con el lema “Construyendo un futuro compartido para todas las formas de vida”, y aunque parezca difícil, es posible

Los tlacuaches son hábiles ladrones, se sabe. Al menos esa es la fama que tienen y que llega a ser tan magnífica que hay mitos mexicanos que dicen que incluso robaban cosas del Mictlán, el lugar de los muertos en lengua náhuatl. Pero pocos les reconocen a estos marsupiales su otra faceta: la de grandes exploradores y pioneros.

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Hace unos 10 millones de años, América no era uno sino dos continentes, el del Norte y el del Sur, claramente separados; sin embargo, desde hace alrededor de 5.5 millones de años, debido a las diversas placas tectónicas que se intersectan entre ambas masas continentales, se formaron numerosas islas volcánicas que generaron suficientes sedimentos entre las islas para formar el puente terrestre que ahora llamamos Centroamérica .

Esta nueva porción de tierra permitió que hace unos 2.7 o 2.8 millones de años iniciara el Gran Intercambio Biótico Americano; es decir, las especies biológicas que habían evolucionado por separado durante millones de años se trasladaron entre continentes. Por razones no muy claras, la fauna de América del Norte, en especial la de grandes mamíferos, tuvo bastante éxito en el Sur, pero no sucedió lo mismo con los mamíferos sureños en el Norte, salvo por los armadillos, puercoespines y tlacuaches y sus múltiples parientes de la familia de marsupiales Didelphidae, como las zarigüeyas.

Todo indica que cuando los humanos llegaron al continente hace 20 mil años, cazaron hasta la extinción a muchos de los grandes mamíferos, como los perezosos y armadillos gigantes y los mamuts, que ya no se encuentran en el norte ni el sur.

Aun así, con animales de menor tamaño, la “nueva” América Central sigue siendo una de las regiones de mayor biodiversidad del mundo y, al menos en uno de sus países, se ha convertido en un ejemplo de cómo conservar la biodiversidad puede ser un buen negocio.

Rica en biodiversidad

Costa Rica se promueve ante el mundo como un país verde y biodiverso y obtiene casi el 10% de su Producto Interno Bruto de las actividades turísticas, y de acuerdo con un minucioso estudio, hecho por investigadores de las universidades de Stanford, Princeton y de California en Davis, ambos factores están relacionados. Utilizando bancos de datos como el del Servicio de Información sobre Biodiversidad Global, mapas satelitales de condiciones climáticas, mapas de carreteras, ríos y lagos, ubicaciones de hoteles y de reservas naturales, mapas de las fotos que los turistas suben a Flickr o a bases de datos de observación de aves como eBird, los investigadores pudieron comprobar la importancia de la biodiversidad en comparación con otros impulsores clave del turismo.

La investigación, cuyo reporte se publicó el pasado 4 de marzo en los Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), pudo detectar que el turismo es más alto en las zonas de Costa Rica donde tanto la biodiversidad como la infraestructura están presentes y son accesibles para los turistas.

“Mostramos que, si bien el papel de la infraestructura, como los hoteles y las carreteras, es mayor para impulsar el turismo en comparación con el papel de la biodiversidad, el turismo es más alto en lugares donde tanto la biodiversidad como la infraestructura están presentes, particularmente en las áreas montañosas”, escribieron los autores en el PNAS.

Agregan que “no dar cuenta adecuadamente de las contribuciones de la naturaleza sobrestimará el valor de lugares altamente accesibles pero ecológicamente empobrecidos, y subestimará la importancia del desarrollo sostenible para mantener los niveles actuales de beneficios”.

Sobre esta base, la investigación encabezada por Alejandra Echeverri y Jeffrey R. Smith concluye que “una degradación de los ecosistemas del país podría impactar negativamente en la economía”, pues en años típicos, el turismo emplea a 160 mil personas directamente y a 450 mil indirectamente en este país de 5.2 millones de habitantes. También proponen que los bancos multilaterales de desarrollo, las agencias de cooperación internacional y el sector privado prioricen la inversión en infraestructura para apoyar el turismo sostenible en lugares donde la biodiversidad es alta.

›No obstante, consideran “fundamental” reconocer que un mayor acceso turístico a las áreas protegidas podría causar una disminución de la biodiversidad, como ha sucedido en otras regiones tropicales. Esto implica que es necesario planear el desarrollo de infraestructura de la manera menos destructiva posible y generar políticas, planes, inversiones y normas culturales que refuercen la conservación de la naturaleza.

“También notamos que Costa Rica es políticamente estable y ha elegido una serie de gobiernos que priorizan la gestión y protección ambiental” señalan los autores, algo que en muchos países de la región no suele suceder.

En ese sentido, un estudio que analizó mil 500 áreas protegidas en 68 países, centrándose en especial en las aves acuáticas, llegó a la conclusión de que estas áreas previenen la pérdida de hábitat, especialmente en términos de detener la deforestación, pero muchas no tienen un efecto positivo para la vida silvestre.

“En lugar de centrarnos únicamente en el área global total protegida, debemos centrarnos más en garantizar que las áreas estén bien gestionadas para beneficiar a la biodiversidad”, dice Hannah Wauchope, de la Universidad de Exeter y autora principal del estudio publicado en Nature.

Epílogo de convivencia

A los tlacuaches (Didelphis marsupialis) les dicen zorros pelones en Costa Rica y en los muchos países de América Latina en que viven reciben nombres como fara, chucha, runcho o rabipelado.

En general, esta especie no está en peligro, quizá porque, como nosotros, tiene un pulgar oponible o porque ha aprendido a convivir y hasta a beneficiarse de las poblaciones humanas. Pero no hay que olvidar a las muchas otras especies que sí están en peligro, incluso dentro de las reservas.

1992 es el año en el que comenzó la conmemoración del Día de la Diversidad Biológica, a razón de la adopción del Convenio sobre la Diversidad Biológica, el 22 de mayo.