En la última década el número de agresiones sexuales contra niñas y adolescentes se ha triplicado en América Latina hasta convertirse en un “fenómeno permanente y cotidiano” que facilita otros tipos de violencia extrema en toda la región; así lo demuestra un análisis elaborado por 25 expertas en este tema.
Datos del informe “La interrelación y los vínculos entre la violencia sexual y la muerte de niñas y adolescentes en América Latina” revelan que el 12% de las menores de la región han sido víctimas de agresiones de este tipo, aunque el número podría ser hasta dos veces mayor debido al bajo número de denuncias que se presentan por estos delitos.
Este reporte considera que la violencia sexual se ha normalizado tanto en la región que forma parte de las mécanicas feminicidas en toda América Latina, lo que plantea un escenario aún más complicado para erradicar este tipo de delitos que no siempre tienen una definición clara y jerárquica.
Además, la violencia sexual también tiene conexión directa con otros tiempos de agresiones de género como son desaparición forzada, falta de acceso a la interrupción legal del embarazo y aumento de las tasas de mortalidad materna en la región durante la última década.
Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estiman que más de un millón de adolescentes de 15 a 19 años en América Latina han sido víctimas de violencia sexual desde la infancia, lo que las convierte en personas más vulnerables a experimentar otro tipo de agresiones más extremas con el paso del tiempo.
La investigación remarca que a pesar del avance de este tipo de violencia en toda la región, en países como México, la situación es crítica debido al alto número de víctimas e impunidad que se registra año tras año sin que se apliquen medidas de fondo para corregir este tipo de delitos que pone en riesgo a cerca de 15 millones de menores.
Los testimonios en el reporte revelan que la violencia que se ejerce también está directamente ligada al lugar en el que viven; por ejemplo, una activista mexicana que fue entrevistada para esta investigación detalló que “en un mes hemos tenido cinco niñas violadas aquí en la ciudad. Antes no les quitaban la vida, antes no las mataban; ahora lo hacen, pero además las torturan, las mutilan, las hacen pedacitos, las encuentran con miles de puñaladas, hay mucho odio”.
El cruce de datos también arrojó que la edad de las víctimas y la de los agresores, disminuyó en la última década hasta rozar los diez años en diversos países de América Latina; un fenómeno que en México se relaciona directamente con el reclutamiento de estos menores por los grupos del crimen organizado y narcotráfico en todo el territorio.
Algunas de las recomendaciones más urgentes para atajar esta problemática en México incluyen la elaboración de protocolos con perspectiva de género, que no revictimicen a las menores que desaparecen, así como la garantía para que las sobrevivientes tengan acceso a todos los derechos de salud, reintegración y reparación del daño.
Amenazas. Sufrir agresiones sexuales en la infancia aumenta el riesgo de ataques más agresivos en la juventud y adultez.