En menos de 24 horas, dos defensores de derechos indígenas fueron asesinados en el país. El caso más reciente fue el de Iván Merino Flores, a quien desconocidos dispararon en las oficinas de la Organización de la Asamblea de Pueblos Indígenas de Oaxaca, cerca del municipio de Huautla de Jiménez.
El líder social estaba con vida cuando recibió los primeros auxilios, pero falleció cuando llegaba al hospital. Este ataque se da, después de que Merino Flores, quien es defensor del medio ambiente, denunciara amenazas de muerte, y la fiscalía del estado no le prestara algún tipo de protección.
Según señalaron testigos en el lugar, Iván Merino fue atacado por dos personas a bordo de una motocicleta.
El sábado, en el interior de su casa en Baja California, en un ataque directo que aparentemente quisieron hacer pasar por un robo, fue asesinada Patricia Rivera Reyes, también defensora de los derechos de los pueblos indígenas.
Organismos nacionales e internacionales exigieron sean detenidos los responsables y se investiguen a fondo los motivos de estos ataques.
En ninguno de los casos las fiscalías estatales han informado sobre algún avance para detener a los responsables. Naciones Unidas ha demandado al Estado mexicano que actúe para impedir que continúen los ataques contra activistas y defensores de derechos humanos.
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