Francisco Pazos
La estabilización de la deuda sobe- rana, interna y externa, será fundamental para la solidez que requiere la economía nacional ante la incertidumbre del entorno internacional que recibirá el 20 de enero a Donald Trump como presidente de Estados Unidos y resentirá la desaceleración de la economía mundial.
Esto alerta el Banco de México en su Reporte sobre el Sistema Financiero publicado el 5 de diciembre pasado, respecto a la amenaza para la estabilidad financiera nacional que representa el que las autoridades hacendarias no logren contener el crecimiento de la deuda nacional, que este año podría cerrar con un alza equivalente al 51.9% del PIB, desde 45.7% con el que terminó en 2015.
Por ahora, establece el documento, son tres los fantasmas que rondan las finanzas mexicanas y a sus indicadores monetarios: el debilitamiento de la economía interna; el aumento abrupto de la tasa de interés interna, que durante el año se han ajustado tres veces, y la caída del peso que durante 2017 continuará perdiendo terreno frente al dólar.
El reporte advierte también que existe una posibilidad real de que los riesgos mencionados se concreten debido a la “importante participación de inversionistas internacionales en la tenencia de la deuda pública mexicana y en el financiamiento de empresas no financieras del país que han colocado deuda en el exterior”.
Los focos que encendió Banxico podrían tener consecuencias que afectarían a prácticamente todos los sectores del mercado y tener un impacto final en los hogares mexicanos. El reporte advierte que al caer la actividad económica, las instituciones financieras, la industria y los hogares reducirían sus ingresos, esto impactaría en las instituciones de crédito que verían crecer las tasas de incumplimiento y el aumento en el costo del crédito.
En relación a la fortaleza de las instituciones bancarias, Banxico concluyó que la banca cuenta con “niveles razona- bles de capitalización”, que le permitiría afrontar escenarios macroeconómicos extremos, aunque acotó, que algunas re- sentirían con más fuerza los embates del exterior.
Para hacer frente a los riesgos que plantea Banxico, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público apostará por la consolidación fiscal para alcanzar un superávit primario en 2017, calculado en poco más de 40 mil millones de pesos, el primero desde 2008, y sentar las bases de una reducción anual en los pasivos nacionales.
La pinza de la estrategia macroeconómica nacional recaerá en el ámbito de acción del Banco Central, mediante ajustes al alza de la tasa de referencia con el objetivo de mantener el control de la inflación, cuyo reporte parcial a noviembre fue de 3.31%, y la estabilidad de los precios.
Pero el plan podría fallar si los factores internos y externos se alimentan de la in- certidumbre que genera principalmente la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y de la indefinición de la política económica que tendrá su administración.
El panorama se hace más complejo ante una posible revisión de los acuerdos comerciales entre México y Estados Unidos, en concreto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la implementación de programas de estímulos fiscales para que las inversiones se queden en suelo estadunidense y un previsible aumento de las tasas de fondos federales desde la Reserva Federal.
LOGRAR ESTABILIZAR la deuda pública mexicana será el reto más importante que las autoridades financieras y monetarias enfrentarán el próximo año, para impedir un golpe que dañaría a todos los sectores económicos
